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219 – Morris y Lucky Luke

por: Claudio Díaz & Mario Dvorkin & Gonzalo Garcia

Maurice de Bevere, alias Morris, nació en la ciudad flamenca de Kojtrik (Courtois para los valones) en 1923. Fanático de las caricaturas, cubrió los cuadernos de su educación jesuítica con caricaturas de sus educadores y celadores, que por supuesto no se llevaron la mejor impresión de su persona (y que él se ocupó de inmortalizar en las figuras del enterrador y otros personajes deleznables de su serie).

Influenciado por el cine (especialmente westerns clásicos) y el dibujo animado de Disney, comenzó a estudiar derecho con la loca idea de convertirse en animador. El estallido de la guerra influyó en su decisión e ingresó como entintador en la compañía de animación de Bruselas CBA, donde conoció a Eddy Paape, Franquin y Peyo.

Cuando la CBA cierra pasa a trabajar junto a los dos primeros en la editorial Dupuis. Allí conocen al que sería su mentor y que no sólo les abriría las puertas de su casa sino que los posicionaría en la primera línea de la BD belga: el gran Joseph Gillain o «Jijé».

Morris realiza portadas para Le Moustique y su versión belga Humoradio, además de series realistas para el diario flamenco Últimas Noticias, hasta que en 1946 debuta Lucky Luke en la revista Spirou con el episodio «Arizona 1880». Este personaje, inspirado en parte en Red Ryder de Harman y en las películas del oeste, discurre por todos los clichés de la películas clásicas del oeste: tiroteos, peleas en el saloon con pianola incluída, persecuciones a caballo, fiebre del oro, instalación de ferrocarril, etcétera, etcétera, con tramas sencillas y un dibujo al mejor estilo animación temprana de Disney.

En 1948 emprende el emblemático viaje de Jijé con su familia y Franquin por los Estados Unidos y México. A pesar de frustrarse su ingreso a los estudios Disney, su estancia de 5 años en New York le permitió trabajar al lado de los creadores de MAD, Harvey Kurtzman y Jack Davis y conocer al gran René Goscinny, que trabajaba allí y con el que conformaría una fundamental asociación.

En 1955 aparece el primer álbum con Goscinny como guionista: «Les rails de la prairire», que cambiaria la serie para siempre. Y para mejor. La participación de Goscinny (los primeros 8 tomos y el número 10 los escribió Morris en solitario) abarca unos 35 álbumes publicados entre 1955 y 1977, cuando fallece prematuramente, y representa sin duda el Lucky Luke definitivo, pues incluye el repertorio fundamental: Los primos Dalton, Ran Tan Plan y demás elementos característicos.

En 1968 Morris abandona la editorial de Marcinelle para pasar a Dargaud y a la revista Pilote, donde puede escapar a la censura de la publicaciones destinadas a la niñez. Luego de la muerte de Goscinny, Morris recurre a una serie de guionistas como Bob de Groot, Vicq, Vidal y la dupla Fauche/Leturgie entre otros, y al fallecer Morris a raíz de una caída en 2001, Achde toma a su cargo el dibujo.

Solitario como su personaje (Morris dibujó solamente esta serie y, a diferencia de sus colegas de Marcinelle, no participó de la creación colectiva característica de los discípulos de Jijé ni se comportó correctamente con su perfecto co-equiper René Goscinny, a quien su personaje estrella le debe mucho más que las historias), no se puede decir que fuera pobre, ya que su creación le valió no solamente múltiples premios, el habitual reconocimiento en el centro de la BD belga, la exposición permanente, estatuas, canciones, adaptaciones televisivas animadas (una en coproducción con Hanna-Barbera en 1984, otra sin ellos en 1991 y una tercera en 2001 con historias inventadas para la ocasión) y con actores (con Terence Hill en 1983), películas de animación (en 1971, 1978, 1983 y 2007) y tres películas live action (una de ellas con el mencionado Terence Hill), sino también el ser uno de los personajes de la BD belga de mayor venta en el mundo. De la mano de Achde y Jul, Lucky Luke y Jolly Jumper van a continuar durante largo tiempo cabalgando hacia el sol poniente, lejos, muy lejos de casa.