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16 – Los superhéroes como marca

por: Gonzalo García & Nico Urich

El nacimiento de todos los superhéroes suelen ser fortuitos o por accidente. Producto de la radiación o error en el laboratorio. Pero… ¿Qué pasa cuando los alcanza la fama y tienen miles de seguidores?

Las palabras en inglés “Super Hero” son una marca registrada. Marvel y DC Comics la registraron de forma conjunta en el año 1981 y son las únicas editoriales legalmente autorizadas a utilizarla en sus títulos y productos. Al tratarse de un registro de marca y no de una cuestión de copyright, en teoría no impediría utilizar la palabra superhéroe para las demás creaciones. Pero por precaución y para evitarse posibles demandas legales, muchas otras terceras editoriales prefieren reemplazar el término por el de “mutante”, “metahumano”, etc. Ocurre que efectivamente ya en un par de ocasiones Marvel y DC demandaron a algunas empresas por el uso de la palabra “Super Hero” en algunos de sus productos.

¿Qué es un superhéroe marca registrada?

Hay superhéroes que ganaron su fama con el tiempo y luego su nombre se volvió marca registrada, como es el caso de Superman. Se lo considera como uno de los primeros superhéroes de la historia y uno de los arquetipos a seguir. Generó una cantidad innumerable de imitaciones que sostuvieron durante décadas la industria del cómic norteamericano.

Otros, en cambio, desde un comienzo fueron pensados con la intención de ser una marca, como podría ser el caso de Batman. Hay editoriales enteras que desde el comienzo han pensado a todos sus personajes desde la perspectiva de un producto para vender y con la intención clara de ser una marca registrada. Tal es el caso de Image Comics con títulos como Wildcats y Spawn, donde se priorizaba la visión del cómic como producto comercial antes que creación artística. El resultado fue el esperado por los editores: Un éxito de venta. La pregunta es: ¿Es bueno esto para los lectores? A veces priorizar nuestra intención comercial relega a segundo plano la calidad de las historias. Nos encontramos entonces con páginas vistosas, coloridas, muy bien dibujadas pero con historias de trama pobre, sin fuerza y superficiales.

No tiene que ser necesariamente así. Ventas, calidad gráfica y buenas historias pueden ir juntos como ya lo han demostrado muchas veces guionistas como Grant Morrison y Alan Moore. Uno de nuestros favoritos a destacar es “Watchmen”. Su guión profundo, de múltiples lecturas acompañado de buenos dibujos combinan para lograr un excelente cómic antes que un buen producto para vender. La cuestión es qué se pone antes: La idea de producto o la creación artística. Luego, en el resultado final pueden ir juntos. Watchmen nunca tuvo la intención de ser una marca y hoy en día sí lo es. Así lo demuestra con su película, sus reediciones y con su actual incorporación al universo DC.

Un superhéroe se convierte en marca registrada cuando su nombre o título está reconocido por ley como nombre comercial y sólo puede ser utilizado por el fabricante o editor que posee su propiedad. Lo mismo ocurre con los símbolos, como la “S” de Superman o el murciélago de la batiseñal, ya que los símbolos también pueden registrarse. Incluye también los elementos gráficos y visuales que diferencian a un determinado artículo y le dan identidad.

En este episodio, Gonzalo García es el cebador de este programa y Nicolás Urich aportó las medialunas.