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El nacimiento de la era del superhéroe

por: Mario Dvorkin

Un joven extraterrestre de 97 años

El 18 de abril de 1938 apareció en el primer ejemplar de la revista Action Comics, publicación de la National Allied Publications (futura DC), a cargo de Jack Leibowitz, el primer superhéroe del cómic con todas las letras: Superman.

Creado por la dupla Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes producto de la inmigración judeoeuropea de Brooklyn, Superman es otro inmigrante, pero esta vez de otro planeta (Krypton), que no solo se adapta a su país adoptivo, sino que termina encarnando los ideales de una sociedad en formación. La utopía del sueño americano queda representada por un héroe que lo protege y fomenta, dotado de superfuerza (más fuerte que una locomotora), supervelocidad (más veloz que una bala), visión de rayos X y calor, invulnerabilidad (excepto ante fragmentos verdes de su planeta natal) y con la habilidad de saltar entre edificios (la capacidad de volar la adquiere tiempo después). Munido de un traje digno de los hombres fuertes del circo de la época, lucha por mantener los valores y la justicia en un mundo plagado de políticos corruptos y crueles mafiosos.

Superman se convierte así en la voz de esperanza para una sociedad llena de inmigrantes europeos con poca educación, que sueñan con que sus hijos crezcan en un lugar justo y lleno de oportunidades.

Como buena historia mesiánica, acorde con la educación de sus creadores, Superman encarna la figura de un héroe de la antigüedad (como Sansón) o incluso la de un mesías.
Lo que desencadenó su llegada —nada menos que la Edad de Oro del cómic estadounidense y el nacimiento de los superhéroes— fue bastante inesperado y terminó convirtiéndose en un ícono de la cultura popular que no ha perdido vigencia a pesar de estar cerca de cumplir un siglo.

¡Feliz cumpleaños, Kal-El!