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337 – Los dibujantes de Batman

por: Nico Urich & Gonzalo García

Durante más de 80 años, Batman ha sido indiscutiblemente uno de los íconos pop más relevantes de la historia reciente. Desde la serie de los años ’60 protagonizada por Adam West hasta las mega producciones hollywoodenses de hoy, pasando por incontables animaciones de variada calidad: Batman ha sabido estar presente de algún modo u otro en cualquier tipo de medio, sean filmes, televisión, videojuegos y por supuesto, historieta, el medio por el cual fue concebido.

En las páginas de Detective Comics número 27, el encapotado hizo su triunfal debut, llevando su ya característico traje. Los guiones de Bill Finger, gran artífice de la imagen del caballero Oscuro, hicieron que los precarios dibujos de su otro creador Bob Kane gocen de una estética más pulp y oscura. Sin embargo, en los siguientes episodios se les sumará un joven entusiasta llamado Jerry Robinson, quien comenzó entintado los lápices de Kane hasta que finalmente sería parte de ese grupo creativo, creando nada menos que Robin y al Joker.

Y no menos importante, fue finalmente Robinson, que, por un lado, le dió belleza y un poco de calidad al arte de los cómics de Batman y Robin, y por otro lado, estableció el estilo definitivo que llevarían las páginas del murciélago. Ese estilo fue mutando, se ha ido sofisticando y embelleciendo con el correr de los años; algo que era funny y alegre, se tornó en algo oscuro y realista que terminó en la mítica criatura de la noche que hoy es Batman. Daremos un breve repaso a los grandes dibujantes que han construido la mítica imagen del caballero oscuro.

Dick Sprang

Luego de que Bob Kane, el creador acreditado, y de la mano de Jerry Robinson, haya establecido el estilo de la década de 1940 de Batman, se fue desligando cada vez más del proyecto quedando más que nada como coordinador de los títulos publicados del murciélago. Es así que, para suplir la ausencia de Kane, entra un experimentado dibujante llamado Dick Sprang, quien comienza haciendo portadas y termina quedando como un dibujante fijo.

Al contrario que Jerry Robinson, que comenzó siendo un joven amateur viendo su arte avanzar al correr de los años mientras dibujaba a Batman, Sprang ya era todo un profesional del medio, y eso se nota, ya que la soltura que tenía su dibujo distaba bastante del resto de la mayoría de los dibujantes de superhéroes de aquel entonces. Su manejo de los fondos, de las sombras y las tintas era un poco superior al de Kane y Robinson. Por otro lado, sus figuras en un comienzo eran un tanto estáticas, pero lo compensaba con personajes con rostros muy expresivos y exagerados. De ese modo, Dick Sprang es considerado por muchos el artista definitivo del Batman de años ’40 y ’50, y ha dibujado una incontable cantidad de episodios de las revistas Detective Comics, Batman y World ‘s Finest donde se dió el lujo de dibujar también a Superman.

Sprang distó a Batman de una contextura física más exagerada, agrandando su torso y sus brazos, además de agrandar el mentón y ensanchar su cabeza. Dibujó al personaje hasta su retiro en 1963, año en que los cómics del murciélago necesitaban de un cambio muy profundo, tanto en lo argumental como en lo artístico.

Carmine Infantino

Durante buena parte de los años ’40, Carmine Infantino ha dibujado en casi todas las editoriales de cómics de Superhéroes. Pasando por la Timely, hasta la Fawcett y por supuesto por la National Publications, hoy DC. Allí dibujó nada menos que a Flash, Green Lantern, Black Canary y el grupo de héroes por antonomasia de la edad dorada, la Justice Society of America. Ya a mediados de los años ’50, junto al legendario coordinador Julius Schwartz y el guionista Robert Kanigher, lanzaron al nuevo Flash, que significó el renacimiento del género de superhéroes, que había pasado al ostracismo luego de la segunda guerra mundial.

El estilo de las páginas de Flash era demasiado rompedor con respecto a los anteriores superhéroes de DC. Desde el realismo de las figuras, la narrativa que era un tanto más dinámica hasta el diseño del traje del nuevo velocista escarlata, era todo una declaración de intenciones. Era una nueva era, con héroes distintos e historias distintas. La edad de plata comenzó, y la renovación sería transversal. Los nuevos héroes como Green Lantern, Hawkman, Atom y Martian Manhunter se le sumaron a un inoxidable Superman y a unos Wonder Woman y Aquaman un tanto mejorados. El único que parecía anclado en el tiempo era Batman y sus historias de ciencia ficción absurdas parecían destinarlo a un inevitable fin; era necesaria una renovación en la Baticueva.

Julius Schwartz reemplazó a Jack Schiff como coordinador, y este ordenó a Gardner Fox y a Carmine Infantino un cambio de timón, desde lo argumental hasta lo visual. Por el lado de Fox, sus guiones se centrarán a retornar a las raíces al murciélago, es decir a las historias de detectives con los clásicos villanos que se vieron relegados durante buena parte de la década anterior. Por el lado de Infantino, el arte debería modernizarse en los años 60. DC ya tenía entre sus filas a dibujantes como Gil Kane, Curt Swan y Joe Kubert; el estilo de Bob Kane y Jerry Robinson no iba más. Infantino, uno de los grandes artistas de la DC de aquel entonces, decidió darle un cambió de look radical al encapotado. Batman comenzaría a verse mucho más realista, con una expresión más humana y con proporciones bastante más realistas, y si bien el traje no vería ningún cambio sustancial, si hubo uno que fue demasiado significativo: el clásico murciélago en el pecho se vería rodeado de un ovalo amarillo.

Y fue así que el renovado Batman vería la luz en 1964, con una portada que pretendía aludir al cambio de estética. Y así como cambió el encapotado, lo hicieron Robin, El Joker, El Riddler, El Pingüino y el resto de los clásicos villanos, todos bajo el inconfundible estilo de Carmine Infantino. El otro dibujante de Batman, Sheldon Moldoff, que venía trabajando con el personaje desde los años ’50, debió amoldarse al nuevo estilo.

El ascenso de Infantino en los títulos de DC comics, lo llevó a convertirse en coordinador en 1967 de los títulos de superhéroes, para más tarde convertirse en el Publisher de la editorial en 1971, hasta que en 1976 fue reemplazado por Jenette Kahn. Durante su etapa como coordinador contrató a una joven promesa que dejará una marca inigualable en el encapotado para siempre.

Neal Adams

En 1966, Batman llegaría a las pantallas de TV de los hogares estadounidenses y de todo el mundo gracias a su serie protagonizada por Adam West y Burt Ward. El encapotado se había convertido en un fenómeno de masas, y DC trató de capitalizar ese éxito en los cómics. El equipo creativo comandado por Schwartz trató de emular el tono camp de la serie para los cómics, al cual hubo que abandonar con la caída y cancelación de ésta. Nuevamente el murciélago vio mermada su popularidad, y el gran coordinador debía tomar cartas en el asunto. En primer lugar, dejar echar a Bob Kane quien tomaba las decisiones finales con respecto a Batman, y por último hacer un recambio creativo y artístico. Llegó el legendario Frank Robbins como uno de los guionistas. El otro guionista era un joven periodista llamado Denny O’Neil. En la parte gráfica, Schwartz trajo a un dibujante que venía rompiéndola en la serie de Deadman, Spectre y una de las colecciones que tenían al hombre murciélago titulada “Brave and the Bold”.

Este joven se llamaba Neal Adams y había revolucionado las páginas publicadas tanto por DC como por Marvel. Su estilo marcaba un cambio tan rotundo en los cómics de superhéroes, que ambas editoriales con estilos tan dispares, lo tenían como un artista estrella entre sus filas. Su manejo de las figuras no tenía igual en la industria y su habilidad de enfocarlas desde cualquier ángulo era sumamente increíble. La narrativa que Adams propone parecía no tener lugar en una editorial tan apegada a lo clásico como DC, pero supo revolucionar no solo la forma de contar al género sino como lucían, qué aspecto y que proporciones deberían tener. Neal Adams fue un nuevo estándar para la industria.

Un artista de estas características, inevitablemente iba a llevar a Batman a lo más alto gráficamente. Ya en su paso por “Brave and the Bold” era un deleite visual, aunque su versión del personaje respetaba al planteado por Infantino. Pero no fue hasta su paso por Batman y Detective Comics que Adams le cambió la cara al murciélago.

Junto con Frank Robbins y, principalmente, Denny O’Neil, Neal le devolvió a Batman sus raíces oscuras de los pulps; el héroe había dejado de ser el encapotado amigable, se había convertido en una auténtico caballero oscuro, una criatura de la noche. La visión del justiciero implacable que O’neil plasmó en los guiones, Adams lo trasladó al lápiz de forma magistral. Había abandonado una contextura fortachona para tener una más de atletismo olímpico, la capa no sería un accesorio más del traje sino un aspecto fundamental para diferenciar a Batman del resto de los héroes: cuando planea por los cielos de Gotham, la capa empezó a lucir como alas reales de murciélago, mientras que cuando el Caballero Oscuro permanece quieto en el suelo le sirve cubrirse los hombros y el pecho. Su postura se había encorvado y su mirada se había vuelto más fría y amenazante.

Toda esta descripción, que hoy parece básica de Batman, fue concebida gracias a los dibujos de Neal Adams, que si bien no ha dibujado tantas páginas como una imagina, sí fueron lo suficiente como para cambiar para siempre al personaje. Afortunadamente, nos ha dejado una incontable cantidad de portadas.

Jim Aparo

Durante los ’70 hubo una buena cantidad de dibujantes que trabajaron en los títulos del murciélago. Varios muy buenos, como Irv Novick y otros no tantos como John Calhan. Pasando por Ernie Chua y Bob Brown y por muy escasos pero muy buenos aportes de Frank Robbins, Bernie Wrightson y Alex Toth.

Entre todos estos, se encontraba un profesional con mucha experiencia que venía de la Charlton y acabó en los títulos del murciélago luego de haber realizado con éxito historias de Aquaman, este era Jim Aparo, que luego de haber realizado algunas aventuras de Batman para detective Comics, terminó siendo el dibujante titular de “The Brave and the Bold”. Allí se mantuvo por 10 años y en ese período fue afianzando su estilo para encontrar a un Batman inconfundible. Aparo no tiene un estilo tan dinámico y bello como Adams, pero sí una narrativa clásica que a Batman en un principio le venía muy bien. A eso le sumamos a que el carisma que le daba al Caballero oscuro, con esa mirada penetrante y esos cuernos más alargados, hizo que para muchos fans sea el artista preferido del personaje durante años.

Ya en los 80, luego del cierre de “The Brave and the Bold”, la serie fue reemplazada con Batman y los Outsiders, que contó nuevamente con Aparo en dibujos. Para 1988, finalmente Jim se haría cargo del título mensual de Batman y allí rotaría entre esta colección y detective comics. Finalmente dejó los títulos del murciélago en 1993 con la saga “Knightfall” en número 500 de Batman, cuando su estilo ya se veía un tanto anticuado para aquel entonces. Sin embargo, le tocó dibujar el enfrentamiento entre Batman y Bane, que resolvió con mucha soltura. Falleció en 2005, y es probablemente junto a Dick Sprang, es el artista que más ha dibujado a Batman en sus más de 80 años.

Marshall Rogers

En 1977 llegaría a DC el legendario guionista de Marvel, Steve Englehart. Su intención era tener un breve periodo para luego retirarse de la industria. Su paso meteórico, pero profundo fue nada menos que en Detective Comics, y obviamente serían en las aventuras de Batman. Su primer arco fue acompañado por el gran artista Walter Simonson, que se vio un poco arruinado por las tintas de Al Milgrom. No es hasta el siguiente arco que llega un artista preferido de los fans, Marshall Rogers que, embellecido por las tintas de Terry Austin, ilustró una de las grandes etapas de Batman en toda su historia.

Este período de Detective Comics, titulados más tarde “Strange apparitions”, trataba de conciliar la contradictoria historia del hombre murcielago, reintroujendo personajes y conceptos del pasado para redefinir al justiciero de Gotham, y a su vez darle un tono más moderno, más a lo marvel. El resultado argumental fue un deleite para los fans, y en los artístico, también se pretendió. Rogers por un lado supo mezclar con el Batman de Neal Adams con el de Jim Aparo para encontrar su propia versión del personaje.

Rogers no siguió más allá de esta saga y volvió a dibujar al encapotado en diversas oportunidades hasta su fallecimiento, en 2007.

Don Newton

Dentro de la gran cantidad de artistas que han contribuido al mito de Batman, quizás el nombre de Don Newton no sea el más conocido para la inmensa mayoría. Sin embargo, la ignorancia sobre ciertos temas hace que algunos pierdan la oportunidad de conocer a un inmenso artista que, lamentablemente, nos dejó en su mejor momento. Newton llegó a DC luego de haber dibujado en Charlton Comics en títulos como “The Phantom” y justamente, ese tono clásico y realista de las tiras de los años ’30 es su principal atractivo. Después de su paso por los títulos de Aquaman, New Gods y Captain Marvel, Newton llegó a Detective Comics para acompañar al todavía vigente Denny O’Neil, y ya desde un principio se nota que es un digno merecedor de tal encargo. Su Batman se distaba mucho del de Adams o Aparo, su fórmula era más clásica y pulp y quedaba claro que su fuerte era el manejo de las luces y las sombras, algo sumamente fundamental en lo que respecta al caballero oscuro. Eso tornó a las páginas en algo mucho más ambiental y, si a eso le sumamos un gran manejo de la figura humana, vuelve su arte en algo indispensable.

Newton se alejó de DC en un período muy breve para irse a Marvel. Sin embargo, al poco tiempo volvió nuevamente a los títulos de Batman para acompañar al guionista Gerry Conway y más tarde a Doug Moench. Don Newton en este período le tocó padecer y al mismo tiempo disfrutar de sus entintadores. Quizás el que mejor sabía interpretarlo era Dan Adkins, mientras el que más distó de sus dibujos fue el filipino Alfredo Alcalá. Lamentablemente, Don Newton perdió la vida en 1984 luego de una enfermedad en el corazón, por aquel entonces se había quedado con el título mensual de Infinity Inc, el cual siguió mandando páginas mientras estaba internado.

Frank Miller

Uno de los grandes nombres de la industria del cómic norteamericano de la década del 1980 fue Frank Miller. El dibujante venido a autor integral había marcado un estándar de lo que dabía ser un cómic de superhéroes maduro y oscuro con Daredevil. El hombre sin miedo de la Marvel había encontrado su lugar de una vez por todas dentro del panteón de héroes de la editorial, gracias a la madurez y a la violencia que Miller le dotó al personaje, sin olvidar de los conflictos humanos que tenía Matt Murdock. Esto le permitió a Frank jugar por vía libre y hacer una miniserie en DC llamada Ronin, un experimento visual muy interesante.

Sin embargo, la obra maestra de Miller llegó en 1986, cuando redefinió para siempre a su personaje de la infancia, nada menos que a Batman en la miniserie Dark Knight. El objetivo del artista era llevar al caballero Oscuro a una edad madura, es decir envejecerlo, pero por el otro dejar intacta su obsesión hacía su guerra contra el crimen. El resultado fue todo una revolución; la imagen del Dark Knight sigue siendo un impacto a día de hoy. Batman se había convertido en una fiera de 300 kilos de pura fibra sedienta de venganza. La criatura de la noche seguía allí, pero al mismo tiempo recibió una dosis de testosterona digna Rambo. Batman ya no era un detective ni un superhéroe, era un soldado inmerso en una interminable guerra contra el crimen. De hecho, el logo del murciélago parece el escudo de un ejército. Esto se refleja en el guión y en la narrativa. Miller entendió a Batman como una figura sobrenatural y su influencia traspasó las viñetas del cómic, y fue usado para los filmes de directores como Tim Burton, Christopher Nolan y principalmente Zack Snyder, además de haber llegado en diversas animaciones para cine y televisión.

Dave Mazzuchelli

Luego de que Miller revolucionó la industria del cómic estadounidense con Dark Knight, en la que presentó a un Batman envejecido, DC le daría la oportunidad de hacer lo contrario, es decir volver a los orígenes del encapotado y presentarnos una versión mucho más joven e inexperta. Denny O’neil, luego de coordinar la etapa de Daredevil que tuvo a Miller como estrella, vuelve a DC para ser el editor responsable de Batman, y como no podía ser de otra forma le encarga a Frank Miller hacer “Year One”, es decir el año uno de Batman que contaría los orígenes de Bruce Wayne.

Miller, en este caso, sólo escribiría, y el dibujante sería otra estrella de Daredevil, con el que tanto el guionista como editor trabajaron, nada menos que Dave Mazzuchelli. Miller y Mazzuchelli venían de romperla con el arco “Born Again” de Daredevil, y Año uno no sería la excepción. En esta oportunidad el dibujante prefirió un estilo más frio y policial, muy lejos de lo que Miller había hecho en Dark Knight, y aún más lejos del resto de los dibujantes de Batman. Aquí el murciélago no gozaría de músculos de fantasía, sino sería más parecido a Adam West, pero en mejor forma. El traje sería parecido al que Frank Miller creó para Dark Knight, pero con unos cambios ligeros que hicieron que este Batman sea el de los inicios por excelencia. Cualquier historia ambientada en los primeros años del caballero oscuro en sus inicios, siempre tendrá al de Dave Mazzuchelli.

Alan Davis

Luego de la salida de Jim Aparo de Batman y los Outsiders, a los guiones de Mike W. Barr sería dibujados por el britanico Alan Davis, de ya una prominente carrera para Reino Unido haciendo Captain Britain para Marvel U.K. y Marvel Man. Davis le trajo mucho más dinamismo y expresividad a las páginas de los Outsiders, y era cuestión de tiempo de que este equipo creativo terminara aterrizando a los títulos principales de Batman. Y eso pasó en 1987 cuando ambos llegaron a Detective Comics.

Esta fugaz pero intensa etapa trató de aprovechar la llegada del nuevo Robin a su favor y volver un poco al tono de las historias de los años ’40 y Davis plasma eso en el dibujo aportándole diversión al trazo. Son páginas divertidas de ver, con mucho dinamismo y personajes llenos de expresividad facial y física. Su Batman, aún siendo oscuro, también desbordaba simpatía. Claramente Alan Davis estaba a otro nivel como historietista, y eso se nota en su partida. Luego de un conflicto por un arma que Davis dibujó confundió al dibujar en el arco “Year 2”, este abandona el título enojado siendo reemplazado por Todd Mcfarlane, que más tarde sería una mega estrella, pero ni en su mejor momento como artista puede hacerle sombra al talento inconmensurable del britanico, lo que hace que esta saga sea un despropósito en lo artístico.

A pesar de que su periodo sea muy breve, Alan Davis demostró de sobra que está a la altura de los grandes dibujantes del caballero Oscuro.

Norm Breyfogle

Luego de la salida de Alan Davis, Mike Barr vio truncada su etapa en el murciélago y abandonó Detective Comics unos números después de “Año Dos”. En su reemplazo llegaron estrellas de la fleetway como tándem de guionistas, John Wagner y Alan Grant. Su idea era tener dibujantes rotativos por arcos, y todos de origen britanico. A O’neil no le pareció una gran idea, así que puso de titular a un joven que venía haciendo algunos números sueltos del encapotado. Este era Norm Breyfogle, que gracias a las oscuras historias que plantearon Wagner y Grant, se transformó casi al instante en unos mejores dibujantes de Batman de toda su historia.

El caballero oscuro nunca estuvo tan vivo, su expresividad parecía salirse de la viñeta, y eso era gracias a la soltura y dinamismo que manejaba Breyfogle, que jugaba siempre al límite entre cuadro y cuadro, jugando con la perspectiva y las figuras escorzadas, pero sin nunca perder la belleza ni la coherencia que un comic del murciélago requiere. Luego de la salida de John Wagner, Alan Grant y Norm Breyfogle se afianzaron y se convirtieron en posiblemente el mejor equipo creativo de Batman, creando ambos a villanos como el ventrílocuo con su marioneta Scarface y al carismático personaje Anarky. De detective Comics saltaron a Batman para luego en 1992 abrir una nueva serie mensual llamada “Shadow of the bat”. Breyfogle abandona los titulos del murciélago durante la saga Knightfall en 1993, dejando varios episodios dibujados y dos novelas gráficas de una gran calidad visual que fueron Holy Terror y “Birth of the Demon” la cual ilustró y pintó.

Bruce Timm

Los años ’90 fueron muy tumultuosos para el caballero oscuro, lleno de crossovers, de arcos argumentales largos y bastante liosos para los lectores. Lo que empezó con Knightfall en 1993 terminó con el evento de más de un año llamado “No man’s Land” en 1999, pasando por “Prodigal”, “Contagion”, “Cataclysm” entre otros. En lo visual también fue movido, los grandes artistas como Jim Aparo y Norm Breyfogle, dieron lugar dibujantes bastante buenos como Mike Manley, Graham Nolan y Kelley Jones. Las portadas y diseños que Brian Stellfreeze aportó para la época fueron muy interesantes y Joe Quesada la rompió toda junto con Kevin Nowlan en la “Espada de Azrael”.

Sin embargo, la mayor evolución artística de Batman durante esta década no estaba dentro de las páginas de sus cómics, sino en los estudios de animación de Warner Bros. que emprendió la difícil tarea de hacer una serie de animación del caballero oscuro de calidad, que estuviera acorde a los nuevos tiempos. Unos de los tres responsables de que ello ocurriera fue el animador Bruce Timm, que gracias a su reinterpretación visual del hombre murciélago, marcó el devenir no sólo de las animaciones de superhéroes, sino en el arte de este género en general. Timm, para su Batman, se basó en grandes artistas como Alex Toth y Jack Kirby. A partir de aquellas influencias, surgió un caballero oscuro que se penetró en las retinas y en la mente de muchos fans. A partir de allí, muchos artistas surgieron como Darwin Cooke o Dave Bullock que nos mostraron un Batman igual de bueno pero con las bases de Bruce Timm, además de que grandes dibujantes como Ty Templeton lo adaptaron de forma brillante.

En los más de 80 años de Batman, hubo varios artistas que dejaron su inigualable huella dentro de las páginas del personaje. Irv Novick, Alex Toth, Bernie Wrightson, Micheal Golden, Walter Simonson, Jose Luis García-López, Gene Colan, John Byrne, Brian Bolland, Joe Quesada, Graham Nolan, Mike Manley, Matt Wagner, Kelley Jones, Brian Stelfreeze, Tim Sale, Mike Mignola, Ty Templeton, Mike Parobeck, Darwin Cooke, entre tantos otros dibujantes que han colaborado en el personaje que más aventuras ha protagonizado en el comic.