263 – The Crow de James O’Barr
por: Esteban "Erre" Quinteros & Gonzalo García
Cuando se aplica la denominación “de culto” se suele hablar de una obra que transgredió su género o su tiempo. Un ejemplo de eso podría ser el disco Kiss me, kiss me, kiss me de la banda inglesa The Cure. Nadie en ese momento pensó en que esta jóven banda lograría superarse después de su gran debut y menos que lo volvería a ser en el tercer álbum una vez más. Nombro este segundo álbum, no sólo por gusto personal sino además porque los tres primeros discos de The Cure claramente son de culto por su sonido. Nuevo para la época, mezcla de postpunk, noise, pop, marcó una generación y abrió una brecha a un futuro de muchas bandas y fans que siguieron sus pasos.
Volviendo al mundo de los cómics y a sabiendas que la referencia no es casual ya que The Crow es hijo de esa época musical, además que el personaje en sí recuerda a Robert Smith en su aspecto. Sin contar con los comparativos, a Sandman de Alan Moore o Edward Scissorhands, éstos dos también influidos por la misma era de dark-pop. Cuando digo que la gesta de esta obra del cómic es hijo de esa generación de fines de los setenta y comienzos de los ochenta me refiero a que su creador James O’Barr por aquel entonces se encontraba en Berlín y habrá sido medianamente influenciado por los sonidos de la época.
Entender The Crow es en gran medida entender la vida temprana de O’Barr así mismo, criado en un orfanato del estado, ya de pequeño su origen es sufrido por la ausencia de los padres y como si eso no fuese poco de jóven sufre la pérdida de su novia cuando un conductor ebrio la atropelló y le quitó la vida. Es en ese momento de profunda tristeza en donde la historia pudo tener un final fatídico, O’Barr decide alistarse en los Marines y es enviado a Alemania, más exactamente a Berlín. En épocas de plena guerra fría y tras la sugerencia de un compañero vuelca sus tristezas, enojos y angustias a la creación de lo que hoy conocemos como The Crow. No obstante a su regreso de Europa mostró la historia a algunas editoriales que le dijeron que no la podían publicar por que les parecía que era muy arriesgado.
La propuesta del guión era muy adelantada a su época por algunos años, una pareja de jóvenes Erik Draven y su novia Shelly son detenidos en una carretera, ella es ultrajada y él muere de un disparo en la cabeza, asesinados a sangre fría por cuatro criminales de nombres graciosos pero de una actitud de violencia desenfrenada, era una idea un poco fuerte para comienzos de los 80, de tal manera que la obra tuvo que descansar por un tiempo en la biblioteca de la casa de James hasta que en 1989 el editor de Caliban Press, una pequeña editorial, le ofrece publicarla y desde allí la historia sería otra.
La publicación de The Crow no fue un éxito inmediato sin embargo y, fuera de lo que muchos creen, el cómic se empezó a vender más en las tiendas de música que en las mismas tiendas de cómics y es allí donde se sembró la semilla de lo que llegaría tiempo después, por supuesto el giro de este argumento tiene conección con el personaje principal de la historia Erik Draven quien era líder de una banda dark-punk y ese es el gancho que cautivó al público amante de la musica y los comics, era la combinación perfecta.
El incremento en las ventas que el cómic estaba teniendo logró que automáticamente le propusieran a O’Barr hacer un film del personaje, recordemos que en ese mismo año se estrenó Batman de Tim Burton, que ya se adentran a la era de las películas de los superhéroes de cómic como género cinematográfico, a lo cual James accedió.
La muerte seguiría rondando como protagonista en la historia del éxito de The Crow pero en esta ocasión desde el sombrío caso del accidente que causará la muerte del actor Brandon Lee, hijo de la reconocida estrella de artes marciales Bruce Lee. Este suceso catapultó el título de la obra que empezó a vender muchísimo mejor desde las comiquerías y que transformó a la película misma en un film de culto también.
James O’Barr no quedó muy bien anímicamente después de estos acontecimientos ya que había entablado una gran amistad con Brandon Lee, de modo que luego de la tragedia se alejaría de su creación dejando el personaje en manos de nuevos autores y se prometió no participar en una nueva película del personaje hasta el año pasado que parece que va a participar de una remake de la primera producción.
TheCrow es una extraña historia de éxito y tragedias que tiene la fuerza de trascender desde una arco argumental quizás no tan innovador, pero que gana fuerza no solo desde lo visual sino también desde su idea poética, violenta y hasta de redención en ocasiones y es justamente sobre estas bases que James O’Barr y su creación se mantienen vigentes hasta la actualidad, qué le depara al autor y su obra solo el tiempo lo dirá.
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