366 – El caballero oscuro enfrenta a Superman

por: Nico Urich & Cata García

Luego del podcast anterior “Batman: El caballero de la noche regresa” continuamos conversando junto a Nicolás Urich sobre esta icónica historieta del caballero oscuro.

Episodio 3: Hunt the Dark Knight

En los dos episodios anteriores, se nos venía adelantando que el Joker regresaría a la acción de una forma u otra. Luego de haber permanecido en estado catatónico por más de una década, el regreso de Batman parecía haberle hecho recobrar la lucidez y también el sentimiento de la culpa por la cantidad de crímenes aberrantes que ha cometido. Eso llama la atención del psicólogo anti-Batman Bartholomew Wolper, quien convence a la directiva del asilo Arkham para que el payaso salga una sola vez para un entrevista televisiva. Pero, obviamente, todo formaba parte de un plan siniestro del Joker.

Mientras tanto, Batman y Robin tienen un breve encuentro con Superman luego de enfrentarse a Bruno, una antigua ayudante del Joker. Al otro día Clark Kent y Bruce Wayne se reúnen; Kent le advierte a Bruce que alguien con poder lo enviará a arrestar si no paraba con su locura de “Batman”. De esa forma se nos dejaba entender cómo fue que los superhéroes se fueron retirando, excepto Superman que había entregado su identidad y su vida como Clark Kent al servicio del gobierno a cambio de que lo dejaran actuar mínimamente tranquilo. Así se nos muestra cómo el hombre de acero es usado como arma secreta del presidente Reagan en contra de una inminente guerra con la Unión Soviética, por el control del territorio de Corto Maltese.

Finalmente el Joker hace su aparición televisiva en donde orquesta un escape en medio una masacre perpetrada por él, asesinando al público en el estudio, al conductor y a su psicólogo que lo usaba para publicitarse. Batman no logra impedir el escape ya que la policía, dirigida por la nueva comisionada Yindel, rodeo la azotea del edificio del canal y tuvo que enfrentarlos. Todo desencadenará en una sucesión de eventos siniestros perpetrados por el Joker, el cual trata de forzar al caballero Oscuro a tener un enfrentamiento a muerte con él de una vez por todas. El clímax de la relación llega en medio de un túnel del amor, en donde Batman y el Joker se enfrentan por última vez, en el que el payaso, frustrado de que su rival de toda la vida no rompiera por completo su cuello y por tanto no matarlo en el acto, decide quitarse la vida haciéndolo el mismo.

Episodios 4: The Dark Knight Falls

El episodio conecta con el final del anterior; la comisionada Yindel y la policía rodean a Batman en el parque diversiones, pero Robin se las ingenia y con el Bat-copetero logran sacarlo del lugar, herido por las cuchilladas que le ha propinado el Joker antes de morir. Por otro lado, Superman logró repeler a las fuerzas soviéticas de Corto Maltese, lo que hace que la Unión Soviética, en modo de venganza, lance un misil nuclear a la isla. El hombre de Acero logra desviar el misil, más no detenerlo, el cual estalla mientras estaba en su radio de explosión. El resultado es caos: un pulso electromagnético parecía haberse provocado por el estallido, afectando a buena parte del hemisferio norte. Gotham, entre otras ciudades, se había quedado sin ningún tipo de energía. La ciudad entra en caos y disturbios; saqueos en comercios, corridas y enfrentamientos sucedieron mientras la ciudad ardía en llamas provocada por la caída de un avión. Mientras, en la mansión Wayne, Carrie Kelly y Alfred cuidaban de un herido Bruce Wayne. Al quedarse sin luz, los aparatos médicos dejaron de funcionar. Bruce enseguida se dio cuenta de lo que aconteció: Superman había fallado al tratar de contener una explosión nuclear. Batman, junto a Robin, se suben a los caballos y al galope se dirigen al centro de la ciudad. Al encontrarse con la pandilla de los hijos de Batman, una pandilla de mutantes “reformados” que tomaron el símbolo de Batman para patrullar las calles de Gotham, el Hombre Murciélago toma el control del grupo y los manda a que lo ayuden a poner orden en medio del caos.

Batman logró imponer el orden en Gotham City gracias a Robin, los hijos de Batman, algunos ciudadanos que colaboraron en apagar el fuego de las llamas que azotaban la ciudad. Superman, por su parte,  se recuperaba lentamente de los efectos del misil nuclear. Mientras que buena parte del país parecía hundirse en el caos, Gotham estaba en paz, mientras un invierno nuclear dejó blancas las calles y las azoteas de la ciudad. El Caballero Oscuro se había convertido en algo demasiado grande como para que exista, el gobierno decidió ponerle fin y usará a Superman para detenerlo. Es así de que Batman y Superman se enfrentarán en una batalla a todo o nada en Park Row, más conocido como el callejón del crimen, lugar donde murió Bruce Wayne junto a sus padres para que naciera el Caballero Oscuro.

El antes y después de Dark Knight

Dark Knight fue un éxito rotundo: le cambió la cara al personaje, al género y al medio. Batman abandonaba definitivamente esa imagen paternal y campy que tenía el público casual de él y adopta una visión más oscura y cínica que sigue teniendo a día de hoy. Batman pasó a ser una criatura de la noche, un ser sobrenatural y al mismo tiempo un símbolo, pero un símbolo sin quererlo. A diferencia de las erróneas interpretaciones que se hicieron posteriormente en algunas películas y medios audiovisuales, en Dark Knight queda claro que Batman no busca ser un líder influyente ni mucho menos un símbolo de esperanza. No, Batman tiene una guerra personal contra el crimen, no le importa las pasiones y debates que despierte, ni que se cuestione sus métodos o tácticas. Él es líder un ejército de un solo hombre, un soldado que lucha contra criminales, asesinos, psicópatas, traficantes, burócratas y políticos corruptos por un lado y mediocres por otro. Todo eso queda clarísimo a partir de Dark Knight.

La contundencia de la visión que Frank Miller le otorgó a Batman fue tal que DC, le encargó un nuevo origen para el encapotado, aprovechando el reinicio que había supuesto “Crisis en Tierras Infinitas“. Fue así que 1987 salió a la luz “Batman Year One”, en donde Miller reescribió el origen del hombre murciélago, entregando una joya dentro del cómic y que sin duda, junto a Dark Knight, es la historia definitiva del héroe, de la cual hablaremos en otro momento.

Dark Knight a su vez canonizó algunos conceptos que no existían previo a su creación. La caída de un infante Bruce Wayne a la cueva de la mansión Wayne, la salida al cine luego de ver la “Marca del Zorro” previo al asesinato de sus padres, la secuencia del collar de perlas rompiendose antes de que Martha Wayne sea asesinada, entre otras cosas, se hicieron piedras fundamentales de la mitología del hombre murciélago. Alfred, mientras que en la edad dorada se aparecía por primera vez en la mansión Wayne cuando Bruce ya había adoptado a Dick Grayson como su pupilo, aquí en Dark Knight acompañó a la familia Wayne incluso antes de que naciera Bruce Wane, algo que se hizo canon poquísimo tiempo después. La muerte de Jason Todd a manos del Joker parecía un presagio de algo que terminó sucediendo 3 años después en la saga “Una muerte en la familia”.  Dark Knight cambió tanto el pasado, como el presente y hasta el futuro de Batman y marcó  su continuidad como el tono de sus historias ahí en adelante. Grandes clásicos como “The Killing Joke”, “Arkham Asylum”, “Gotham by Gaslight”, “Son of the Demon”, “The cult”, entre otras tantas obras ochenteras del murciélago, tuvieron lugar gracias al riesgo y el acierto que significó The Dark Knight, que para fines de esa década ya contaba con un volumen compilatorio llamado “The Dark Knight Returns” título al que actualmente se le conoce a esta obra mal llamada novela gráfica. Su importancia incluso llega hasta 1989, cuando Tim Burton se inspiró en ella para su visión de Batman en la peli homónima de ese año, que desató una batimanía similar a la de los años 60, pero con un tono muchísimo más oscuro.

En cuanto a la parte gráfica, Miller junto a Klaus Janson, rompen definitivamente con todos los esquemas en cuanto a narrativa e impacto visual. Su versión de Batman, aunque se hace familiar, estaba muy lejos de parecerse a algo que se había visto en aquellos casi 50 años de personaje. Esas proporciones tan exageradas e imponentes, era una declaración de intenciones evidente. Los 80 fue una década bastante violenta, loca  y movida, el hombre murciélago no podía quedarse atrás. Sin cambiar sustancialmente nada, hicieron los cambios suficientes como para que al solo ver la silueta del encapotado nos diéramos cuenta que este era un Batman que estaba de vuelta, que era incluso más una criatura de la noche de lo que ya era, más agresivo y directo y con pocas palabras. El símbolo de murciélago más que de ser de un simple superhéroe parecía más el de una bandera o un ejército, algo que se hacía más evidente cuando se nos revela que lleva un blindaje detrás. Impactante fue dar vuelta la página en aquel primer episodio para encontrarnos por primera vez a esta versión del encapotado con toda su gloria, cayendo detrás de unos criminales, recurso que Miller usó casi como marca registrada, dejando las splash pages o cuadros impactantes en en el lado izquierdo del comic, cosa que al voltear la página nos impactará una alucinante ilustración que nos adelantaron en el cuadro anterior.

Dark Knight, junto con Watchmen, dieron iniciada la era oscura del cómic americano, donde finalmente las grandes editoriales se jugaron a publicar material más maduro y adulto, con impronta más autoral y con artistas que experimentaban con el sexo y la violencia. El propio Miller siguió con esta clase de proyectos, como Elektra Assassin, junto a Bill Sienkiewicz, “Elektra Lives Again” junto Lynn Varley, y creaciones exitosas como “Give me Liberty” junto a Dave Gibbons y “Sin City” su obra propia más afamada, todas bajo el sello de Dark Horse. Distintas obras tanto dentro como fuera de la propia DC, surgieron gracias a estos dos pilares del año 1986, como Marshall Law, las primeras miniseries de Lobo, Hellblazer, Twilight, IronWolf, Omac e incluso obras de los años 90 como The Boys, Spawn, Hitman entre tantas otras de diversa calidad. Claramente la que más supo recoger el guante fue Kingdom Come, a la que ya le hemos dedicado un informe.

Las secuelas de The Dark Knight

A veces para mal, la historieta no deja de ser un negocio, y a las grandes obras lamentablemente la ven como una pila significativa de dinero. Dark Knight, un producto de su época, no tuvo una sino tres secuelas y un prólogo que vieron la luz a partir del año 2001 hasta el año 2017 por ahora. La primera se tituló “The Dark Knight Strike Again”, lanzada como miniserie de tres episodios. que vio la luz apenas dos meses después de aquel fatídico 11 de septiembre de 2001. Aquí Frank Miller se encargaría sólo de los lápices y tintas mientras que Lynn Varley volvería al labor de colorista. La trama ocurre apenas 3 años después del final de la saga original, y vemos cómo el mundo se va al demonio progresivamente por la conveniente vista gorda de Superman y el resto de la Liga de la Justicia. Solo una persona parece estar al tanto de lo que sucede, y ese está claro que es nada menos que Batman, que permanece en la clandestinidad luego de que su identidad quedará al descubierto y haya fingido su muerte como se vio en el final de The Dark Knight. El encapotado ha descubierto de que el gobierno es una farsa orquestada por Lex Luthor y Brainiac, quienes extorsionaron a Superman con destruir la ciudad embotellada de Kandor, el último bastión de vida de Krypton la cual cayó a manos de la dupla de villanos.

   Esta obra resulta incomprensible por donde se la mire. En primer lugar resulta impensado que funcione una secuela de Dark Knight que pretende ser más una sátira al género que continuar con lo planteado en la obra original de 1986. Los diálogos, el cinismo y las batallas parecen sacadas más de un especial de Mad, sin contar la cantidad obscena de superhéroes que aparecen, lo que hace que deje de ser una historia de Batman. Y no es tan interesante la visión que tiene Frank Miller de este universo, de hecho ya teníamos una historia crepuscular, y esa era Kingdom Come. Y el final hace que más de uno arquee una ceja al ver el villano detrás de todo, algo que además se contradice al completo con la primera parte.

En la parte gráfica, el trabajo de Miller es muy, muy flojo. Esos splash pages imponentes fueron reemplazados por páginas de primeros planos de rostros en negro. Ese Batman tosco y exageradamente proporcionado fue reemplazado por uno desproporcionado, con las manos más grandes que la cabeza. Superman, que en la obra original era una figura inmensa, aquí sufre de los mismo errores que Batman. El impacto visual de la primera parte brilla por su ausencia en está segunda parte, en cambio vemos rostros feos, figuras poco inspiradas, diseños deslucidos y  un trazo extremadamente desprolijo. El arte nota de una falta total de cariño por parte del dibujante, y eso sin contar de que Miller no mete ni un fondo trabajado y ni siquiera una construcción digna. Olvídense del batitanque, acá vemos un batimóvil volador sin detalle alguno. Lynn Varley también flojea muchísimo en los colores. Todo esto deja claro que “The Dark Knight Strikes Again” es un cómic que nunca debió suceder.

Y de un cómic que nunca debió suceder, apareció su secuela 14 años más tarde. “Dark Knight III: The master Race”, que apareció en 2015 esta vez con Miller solo en guiones, con la ayuda de Brian Azzarello, autor de “100 Bullets“, Andy Kubert haciéndose cargo de los lápices y el regreso triunfal de Klaus Janson en tintas. Ya en la parte gráfica mejora mucho a su antecesora. Miller ya por aquellos años vio totalmente mermado su talento como dibujante, como si le hubieran ido los superpoderes, y Andy Kubert es un dibujante bastante competente en todo sentido, aunque poco tiene que ver su arte con el de Frank. La miniserie constó de 8 episodios con una periodicidad irregular y lamentable tardando casi dos años en finalizar. El argumento es el que es; Dark Knight II se encargó de romper todo, así que difícil era de que esta tercera parte salga bien parada. La historia consiste en que una vez recuperada la botella de Kandor, Atom investiga dentro de ella y logra que sus ciudadanos dentro de ella recobren su estatura. La cosa sale mal y los Kryptonianos usarán sus recién obtenidos poderes para dominar la tierra, de ahí el título “The master race”. Además logran convencer a Supergirl, la hija de Superman y Wonder Woman aparecida en la parte dos, y se les une en su cruzada. Para colmo, Superman permanece congelado en su fortaleza y héroes como Atom, Wonder Woman, Flash y Green Lantern se encuentran totalmente imposibilitados para detener tal amenaza. El único que parece estar disponible es Batman, pero este se encontraría ¿muerto? Finalmente, Batman y un recién liberado Superman alían fuerzas para librar la tierra redimiendo un poco la relación de ambos héroes que esta saga trató de destruír.

        Por más que lo intente, Dark Knight III está bastante lejos de considerarse una digna secuela. Por un lado su precuela directa se encargó de romper todo lo establecido en la primera parte y por otro el tema se ha desvirtuado tanto, tanto que poco importa que esto lleve el título “Dark Knight”. La miniserie de 1986 se relaciona directamente con la problemática coyuntural de aquellos años: crímenes, guerras, guerrillas, comunismo, tráfico de sustancias, pandillas, juventudes sin futuro, manipulación mediática y políticos mediocres. Cómics con invasiones extraterrestres hay miles y mejores que éste. Además el final juega con la idea de que se estirará el chicle del Dark Knight por años y años, veremos si DC podrá venderla sin el nombre de Frank Miller impostado en la tapa.

                En 2016 vio la luz “The Dark Knight returns: The last Crusade“, que salió en paralelo a “The Master Race“. En este One-Shot, Miller, nuevamente con Azzarello, vuelve a formar equipo con John Romita Jr luego de “Daredevil:The Man Without Fear” más de 20 años después. Esta historia, en modo de precuela, nos cuenta los últimos días de Jason como Robin y su muerte planeada por el Joker, suceso que lleva a Batman al retiro. Sin pretensiones ni nada, este resulta el único cómic interesante de este universo después de la obra original. Se toma en serio a sí misma y Batman se nos hace mucho más humanos de lo que lo venía haciendo Miller al que ya lo trataba como un enfermo psicópata.

Un año más tarde, en 2017, sale “The Dark knight Returns: The Golden Child“, que nos narra el encuentro entre la nueva Batwoman, es decir una Carrie Kelly cerca de la adultez, y Supergirl y su pequeño, es decir los hijos de Superman y Wonder Woman, en medio de un tenso clima político y social. Nuevamente, Miller volvería hacerse cargo de los guiones pero esta vez en solitario, mientras que Rafael Grampá se encargaría de los lápices.

La cosa no acaba ya que las ganas de DC de colgarse de los senos de Dark Knight no terminan nunca y lanzó dos historias de origen con más de 10 años de diferencia una de otra.  Una oficialmente no se considera dentro de este universo, pero Miller sí la considera, que es “All-Star Batman and Robin, the Boy Wonder” posiblemente el peor cómic moderno del hombre murciélago, escrito por el mismo Miller y dibujado por Jim Lee. Y la otra, oficialmente canon de esta saga, es “Superman:Year One” la peor historia de origen del hombre de acero, nuevamente con Frank Miller en guiones y un flojísimo John Romita Jr en dibujos.  Este hasta ahora es el último residuo tóxico que nos dejó este universo, que nació de una obra maestra imprescindible. Y al parecer seguirá así por algunos años más, ya que Miller no está de buenas con DC.

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