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338 – Los cuentos de Lovecraft en historieta

por: Mariano Sicart & Cata García

Nos reunimos con Mariano Sicart para repasar la historia de H. P. Lovecraft y algunas adaptaciones de sus relatos a la historieta dibujados por Horacio Lalia y Alberto Breccia.

¿Quién es H. P. Lovecraft?

Howard Philip Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 en Rhode Island, en EEUU. Es considerado un innovador de los cuentos de terror e incluso aportó toda una mitología propia con los relatos de “Los mitos de Cthulhu”; hasta el día de hoy continúa su desarrollo en colaboración con otros autores. Los elementos de sus cuentos mezclan elementos del terror sobrenatural con la ciencia ficción, como fantasmas, satanismo, razas alienígenas, la existencia de otras dimensiones y viajes en el tiempo.

Cuando Howard tenia casi 3 años, su padre sufrió una crisis nerviosa y fue internado en un hospital psiquiátrico, el cual residió hasta su muerte en 1898. Howard fue criado por su madre, sus dos tías y su abuelo, quienes convivían todos en el mismo hogar. Era prodigioso desde pequeño; recitaba poesía a los dos años, a los tres ya leía y empezó a escribir a los seis. Le gustaba leer los libros de la biblioteca de su abuelo y era un gran admirador de las historias de Sherlock Holmes. Incluso, a los 13 años junto con sus amigos, hicieron la agencia de detectives de Providence, donde portaban credenciales de identificación, placas, lupas, silbatos y otros elementos detectivescos.

En 1904, a sus 14 años, su abuelo fallece. Esto lo afectó muchísimo. La mala gestión de la herencia y las malas condiciones de la familia los obligaron a mudarse. Irse de la casa de su abuelo y su muerte le afectó tanto que pensó en el suicidio por un tiempo. Incluso dejo de asistir a la escuela. Lovecraft fue influído por la literatura gótica de Edgar Allan Poe y escribió algunos relatos de ficción inspirados por cuentos como “El corazón delator”. A esta altura de su vida, ya vivía como un ermitaño y tenía poco contacto con el mundo exterior.

En 1921 muere su madre, luego de una larga enfermedad. El tiempo que ella estuvo internada se escribieron cartas y se mantuvieron muy unidos. Después de un tiempo de este evento, luego de sentirse además muy afectado por la situación, va a una convención de escritores aficionados en Boston. Allí conoce a Sonia Greene, una mujer comerciante que tenía una tienda de sombreros y además era escritora. En 1924 se casan y se mudan a Nueva York, y luego de varios problemas económicos y la dificultad de Lovecraft de conseguir trabajo, Sonia se enferma y debe mudarse a Cleveland. La creciente aversión a la vida neoyorkina llega a ser insoportable, y Howard, luego de acordar la separación, vuelve a Provindence, donde vuelve a convivir con sus tías.

En su estadía en Nueva York, comienza a intercambiar correspondencia con autores como Robert E. Howard, Robert Bloch, Clark Ashton Smith o August Derleth (el primer editor de los relatos de Lovecraft), para quienes trabajó como escritor fantasma y con quienes formó lo que se denominó posteriormente como “El círculo de Lovecraft”. Estos autores colaboran en el desarrollo de la literatura de Lovecraft y lo salvan del olvido. Durante esa época desarrolla sus obras más conocidas como “La llamada de Cthulhu” en 1926, “En las montañas de la locura” en 1931 o “El caso de Charles Dexter Ward en 1941.

El psiquiatra y ensayista Rafael Llopis, escribió sobre el autor lo siguiente: “Educado en un santo temor al género humano, creía que nadie es capaz de comprender ni de amar a nadie y se sentía un extranjero en su patria. Para él “el pensamiento humano […] es quizá el espectáculo más divertido y más desalentador del globo terráqueo””. Desde 1927 hasta 1933 convivió con sus tías (en 1932 muere una de ellas), para luego sumirse a la soledad y frustración. En esta época disfruta de paseos nocturnos, que repercuten en su hundimiento personal, y crean una esfera invisible de miedos que nunca le permitirán recuperarse, si bien, paralelamente, contribuyen a su máximo esplendor literario. En estos fructíferos años escribió la gran mayoría de sus obras más conocidas, como “La llamada de Cthulhu” en 1926, “En las montañas de la locura” en 1931 o “El caso de Charles Dexter Ward” compuesta en 1927. Estas fueron publicadas en revistas pulp como Weird Tales y Analog Science Fiction and Fact.

Sus últimas obras fueron creciendo en longitud y en complejidad, lo que complicaba su publicación, pues las revistas pulp rechazaban los textos largos. Debido a ello, Lovecraft se vio en la necesidad de volver a trabajar como escritor fantasma para otros autores.

La correspondencia con este círculo asciende a unas 100 mil cartas. Si les interesa leer algunas de ellas, la editorial Arkham House publicó mil de estas cartas en un total de 5 volúmenes. Esta editorial fue fundada por August Derleth y Donald Wandrei, dos de sus seguidores. Después de su fallecimiento, el Círculo de Lovecraft siguió contribuyendo a su leyenda. August Derleth fue, probablemente, el que más aportó de todos ellos, ya que amplió y extendió la visión del escritor.

Las creaciones de H. P. Lovecraft se han vuelto muy populares, como los dioses Cthulhu, Nyarlathotep, Azathoth, el libro ficticio Necronomicón o personajes como Erich Zann o Herbert West, que han aparecido en diversas adaptaciones cinematográficas. También se destacan relatos de Stephen King basados en su mitología y también cómics guionizados por Alan Moore como “Providence”. Pero hay bandas de rock, juegos de rol, videojuegos y películas basados en su mitología.

Apenas reconocido en vida, su obra ha sido traducida a más de 25 idiomas y su nombre es uno de los más relevantes en cuanto al horror de ficción. En sus últimos años, su facilidad para enfermarse y la desnutrición fueron minando su salud. Su anormal sensibilidad a cualquier temperatura inferior a los 20 °C se agudizó hasta el punto de que se sentía realmente enfermo a esas temperaturas. Durante el último año de su vida, sus cartas estaban llenas de alusiones a sus malestares y dolencias. A finales de febrero de 1937, cuando contaba con cuarenta y seis años, ingresó en el hospital de Providence. Allí murió el 15 de marzo de 1937 de cáncer intestinal complicado por un problema renal.

Las adaptaciones a historieta

. El grimorio maldito y El manuscrito olvidado, por Horacio Lalia

Originalmente realizados para el mercado francés, estos dos libros vieron la luz a través del sello Albin Michel en 1998. En el país tuvimos que esperar hasta 2007, cuando Thalos Editorial (proyecto comandado por Germán D’Agostino y Rubén Meriggi) los editó. Ambos tomos se componen de 88 páginas, B/N, estando impresos en formato álbum, 28×20 cm. Cada edición reúne siete relatos literarios clásicos del escritor norteamericano adaptados a historieta, con diversa extensión (de entre 8 y 14 páginas). El material pertenece al denominado ciclo Onírico y de Los Mitos de Cthulhu, del escritor. Para la realización de estos trabajos, Horacio contó con la colaboración de Haydeé A. Orsi en el apartado textual.

. El Grimorio Maldito, Thalos Editorial, 2007
Agrupa siete relatos completos: En la cripta, El ceremonial, El sabueso, Aire frío, El extraño, La hoya de las brujas y El horror de las tinieblas.

. El Manuscrito Olvidado, Thalos Editorial, 2007
Compila siete adaptaciones: Lo innombrable, Las ratas del castillo, El modelo de Pickman, El, Dagon, El alquimista y El pantano de la Luna.

Destacamos un fragmento de Horacio Lalia en “Horacio Lalia: Una vida dibujada” por Eugenio Zappietro y Cristian Mallea, editado por Deux Graphica Studio en 2023: “Con Haydeé tratamos de ver, en lo posible, si podíamos llegar de alguna manera a que todos los lectores entendieran nuestra versión, esencialmente gráfica. Y H.P. Lovecraft es, totalmente imagen. Lovecraft tiene esos mundos que yo debo traducir para que lleguen al lector del modo más fiel posible y lo perciba con mayor claridad. Luego de intentar ver lo que él esta describiendo y lo que yo interpreto de esa imagen. En realidad nunca hicimos una adaptación libre, sino ajustar en el texto lo medular, es decir, no nos vamos de la entraña de la obra en ningún momento. Y en cuanto al dibujo, yo trato de contar gráficamente lo que no se ve, pero trato de contarlo de manera que tanto el lector que leyó bien el cuento, como el que no lo leyó, lo vayan a entender perfectamente.”

. “H.P. Lovecraft: El horror secreto”, Doedytores, 2019

Libro número siete de la colección ‘Maestros x Maestros’, contiene doce relatos (algunos divididos en dos partes): El devorador de fantasmas, El color que cayó del cielo, La ciudad sin nombre, La bestia de la gruta -único enrolado en el ciclo Gótico de Lovecraft-, Fuera del tiempo, El horror del cementerio, Horror en el museo, El horror de Dunwich, La sombra en la chimenea, Un cadáver en la tempestad, Cuál era el significado del color rojizo, El horror en los ojos.

. “Los Mitos de Cthulhu – H.P. Lovecraft” por Alberto Breccia, Doedytores, 2016

Libro de 128 páginas B/N, formato 22×30 cms. realizado en colaboración con Norberto Buscaglia, yerno de Alberto Breccia (1919-1993), pero también profesor de literatura, poeta y guionista. Ambos empiezan a trabajar en este material a partir de 1973, llegando a publicarlo parcialmente entre 1974 y 1979 en Italia (revista Il Mago) y Argentina (El Péndulo), bajo el nombre genérico de Los Mitos.
El extinto sello Ediciones Periferia publicó en 1975 una muy pequeña tirada compilatoria, hoy completamente descatalogada y difícil de conseguir, por lo que se considera ´de culto´. A la coedición de Doedytores/Deux de 2008, siguió una reedición de 2010. Luego, otra en 2016 publicada por la editorial de Javier Doeyo en 2016, dentro de la colección ´Maestros por Maestros´, agregando una nueva portada y formato algo más grande: 22×30 cms.

Reúne nueve unitarios basados en cuentos: El ceremonial, La sombra sobre Innsmouth, La cosa en el umbral, La ciudad sin nombre, El llamado de Cthulhu, El horror de Dunwich, El color que cayó del cielo, El morador de las tinieblas y El que susurraba en las tinieblas.

Compartimos además un fragmento del prólogo del libro, donde habla Alberto: “Me di cuenta muy pronto de que el lenguaje tradicional del cómic no podía representar satisfactoriamente el universo de Lovecraft, de manera que empecé a experimentar con nuevas técnicas, como el monotipo (grabado) o el collage. Estos monstruos informes, semejantes a los que había dibujado en El Eternauta, están hechos así porque no quería ofrecer al lector únicamente mi propia visión; también quería que cada lector añadiese algo suyo, que utilizara la base que yo le proporcionaba para vestirla de sus propios temores, de su propio miedo. Al principio fue casi como un reto: quería averiguar si sería capaz de dibujar lo que Lovecraft describía. No sé si lo he conseguido, pero puedo asegurar que durante los casi tres años que he tardado en realizar este trabajo he vivido completamente inmerso en su mundo.”