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312 – La historieta chilena con Claudio Álvarez

por: Claudio Álvarez, Mario Dvorkin & Gonzalo García

En esta oportunidad conversamos junto a Mario Dvorkin y Claudio Álvarez, editor de Acción Comics en Chile, sobre la historia de la historieta chilena. ¿Cómo comenzó? ¿Qué revistas icónicas encontraremos en este recorrido?

El origen

Los comienzos de la historieta chilena los podemos encontrar en los periódicos, destacando “El correo literario”, un periódico que se creó en el año 1858. Allí se podían encontrar caricaturas de Antonio Smith y Benito Basterrica. Su éxito abrió nuevas puertas en el humor gráfico, en la que destacamos “La revista cómica” publicada entre 1895 y 1905, dirigida por Luis Fernando Rojas, ilustrador, litógrafo y caricaturista. Durante esta época se publicaron muestras de narrativa gráfica, etiquetadas como “historias” las cuales fueron considerados como algunos de los antecedentes de las historietas chilenas.

Con el avance de las técnicas de impresión, la historieta e ilustración encontraron un lugar en revistas como “Sucesos”, “La comedia humana”, “Zig Zag”, “Corre Vuela” y “Monos y monadas”, todas fundadas entre 1902 y 1910. En “Zig Zag” se publicaron “Las aventuras de un alemán en Chile“, en las que Otto Von Pilsener, primer personaje de la historieta chilena, creado por Pedro Subercaseaux (conocido como Lustig), viaja por el territorio y se enfrenta a la idiosincrasia nacional.

Las décadas de 1920 y 1930 fueron relevantes por sus publicaciones de historieta infantil, en las que destacamos “El Peneca (1908-1960), El Pibe (1923-1931) y Don Fausto (1924-1964). En estas revistas participaron dibujantes como Raúl Figueroa (conocido como Chao) o Jorge Christie. Este último artista comenzó a publicar en el año 1938 en El Diario Ilustrado (1902-1970) “Las aventuras de Chu Man-Fú“, la primer tira cómica de frecuencia diaria en Chile.

El crecimiento de las revistas de historieta chilenas

A partir de la década de 1940 comenzó a diversificarse y a consolidarse la historieta en Chile, con historias para un público cada vez más amplio. En 1945 se lanzó a kioscos “Pobre Diablo” (1945-1952), publicación que junto a “El Pingüino” (1956-1968), se convirtieron en dos de las más importantes revistas de humor para adultos. Al poco tiempo, en el año 1949, se editó “Okey” (1949-1965), la primera revista chilena dedicada por completo a la historieta. En sus páginas se vieron por primera vez, ese mismo año, al personaje Condorito, que a partir de 1955 tuvo su propia revista. Por su parte, en 1954, el editor y dibujante Guido Vallejos lanzó al mercado “Barrabases”, una revista deportiva infantil en la que participaron creadores como Themo Lobos, Víctor Arriagada (Vicar) y Renato Andrade (Nato).

Editorial Zig-Zag y el aumento de revistas de comic chileno

A comienzos de la década de 1960 se publicaron unos libros recopilatorios de historietas de varios artistas como Luis Sepúlveda Donoso (Alhué), Oscar Conti (Oski) y Percy Eaglehurst (Percy). Esto hace ver que en la sociedad chilena había cada vez más un consumo y reconocimiento de la historieta entre la población.

En el año 1962 la editorial Zig-Zag creó un departamento de historietas y pusieron a la cabeza a la profesora y novelista Elisa Serrana, quien llegó a ser directora del departamento infantil Revistas Disney. Ella reunió una variedad de talentosos dibujantes y guionistas y juntos crearon más de 20 nuevos títulos de múltiples temáticas. Algunas de las revistas que fueron relevantes son “Rocket” (1965-1966), “Rakatán” (1965-1966), “Capitán Júpiter” (1966-1968), “El Jinete Fantástico” (1965-1966), “007, James Bond” (1968-1971), “El intocable” (1966-1972), “Jungla” (1967-1975) y “Doctor Mortis” (1967-1974). Destacamos además una serie de revistas bélicas, las cuales no abundaban en la época, como la revista “Guerra…!”.

Como mencionamos previamente, la editorial también llegó a publicar revistas de Disney, entre las cuales estaban “El Zorro”, “Tío Rico” y “Fantasía” entre muchas más. La revista de “El Zorro” resulta interesante ya que era una obra dibujada por Alex Toth, un dibujante extranjero. Tuvo mucho éxito pero al no contar con demasiados números, se terminaron de publicar rápidamente. Lejos de ser un conflicto, esto dio lugar a que Zig-Zag contratara dibujantes y guionistas para crear nuevas historias de este héroe y continuar con sus aventuras. Lo mismo sucede con la revista de James Bond. Esto permitió que la historieta nacional continúe creciendo, generando nuevos artistas y puestos de trabajo. Esta década prolífica para la historieta chilena finaliza con la publicación de dos revistas que refleban los cambios sociales de la época: “Mampato” (1968-1978) y “La Chiva” (1969-1979).

La evolución de las editoriales de comic durante la década del ’70

Durante el gobierno de Salvador Allende, la editorial Zig-Zag es nacionalizada y así nace en 1971 la Editora Nacional Quimantú. La editorial mantiene los títulos y suma nuevas revistas, en su mayoría de divulgación politica, como “La Firme” (1971-1973), que explicaba los avances del gobierno de Allende, o la revista infantil “Cabrochico” (1971-1973), que combinaba historietas infantiles con consejos parentales. Otro detalle para destacar es que suman sociólogos y antropólogos en su editorial para poder orientar el enfoque de los guiones e historias. Es así que muchos lectores perdieron el interés por revistas que consumían, por lo que su venta disminuyó. Una de las revistas que podemos destacar en esta época que tuvo mucho éxito fue la serie “El manque” publicada por primera vez en 1971 y estaba enfocada en eventos históricos chilenos. Aparece como complemento de la revista “El jinete fantasma”, revista que en 1972 cambia su nombre por la serie.

Luego del golpe militar de 1973, donde asume Augusto Pinochet, algunas revistas como “La firme” fueron suspendidas y la editorial cambia su nombre por Editora Nacional Gabriela Mistral. Como gerente general asumió Mario Correa Saavedra, quien anteriormente se había desempeñado en la Editora Quimantú y el comité editorial, por otro lado, se compuso por personas del ambiente político conservador. La empresa deja de operar como editorial en 1976 y sus máquinas se remataron en 1982. Esto se le atribuyó a que, además de la crisis económica de la época, la empresa no habría cumplido con los objetivos esperados.

El final de la editorial y el cierre de “Mampato” en 1978 marcaron el fin de una época de la historieta chilena. Si bien surgieron nuevos proyectos, el mercado de historietas estuvo dominado por producciones extranjeras. Algunos de los dibujantes comenzaron a trabajar en suplementos como “Remolino” (1974-1981) de Las Últimas Noticias, “Pocas Pecas” (1978-1981) de El Mercurio e “Historietas” de La Tercera (1980-1982).

¿Cómo se encuentra la historieta chilena hoy en día?

A partir de la década de 1980 aparecieron nuevos espacios. Surgió un movimiento underground con revistas como “Matucana” (1984) y “Trauko” (1988), que incluía las aventuras de Checho López y autores como Clamton. Estas revistas eran de calidad y periodicidad variable, de ejemplares y repartidas gratuitamente en universidades, y con estas características rompieron varios esquemas existentes hasta ese momento. También destacaron publicaciones de la prensa de oposición a la dictadura, donde tuvieron lugar autores como Luis Henríquez (Mico), Juan Carter (El gato), Alejandro Montenegro (Rufino), Guillermo Bastías (Guillo), Hernán Vidal (Hervi) y Eduardo de la Barra.

La década de 1990 trajo cambios sociales en los sectores populares, con grandes consecuencias para los medios. Desde entonces, a excepción de “Condorito” y “Pepe Antártico”, las historietas en Chile no han tenido mucho éxito y comenzaron a ser distribuidos en librerías y tiendas especializadas.

Esto permitió el surgimiento del fanzine y la autoedición entre nuevos autores como Brian Wallis (El Brujo), Jucca (Anarko), Ludo Helldres (Papel ilustre), Vicho o Pedro Peirano (Chancho Cero). También se podían encontrar revistas como “Caleuche Comic” (2005), nuevos sellos editoriales y libros como “Dosis diarias” de Montt, “Capítulo treinta y tres” y “Rokunga”.​ Surgen también novelas gráficas como “Juan Buscamares” (1993) de Félix Vega y “Road Story” (2007) de Gonzalo Martínez. Muchos dibujantes también comienzan a ampliar sus horizontes y trabajar para el mercado estadounidense.

Algunos historietistas han optado por utilizar las redes y el internet como uno de sus principales medio de difusión para sus creaciones. Entre estos se encuentran ilustradores, guionistas y diseñadores gráficos, como Dapo. Por otro lado, a principios de la década de 2010, apareció el denominado cómic autobiográfico chileno con Marcela Trujillo como primera exponente. También se puede ver un resurgimiento del fanzine como opción para muchos dibujantes. Entre los más destacados están “Pandemia”, “Catrileo”, “Chilotito” y “Anotación Negativa”.

De igual manera, una serie de editoriales independientes están produciendo nuevos títulos de historieta. Entre ellas que se cuentan Acción Comics, Dogitia, Visuales, Piedrangular, Ariete, Mitómano Comics, Pezarbóreo, Arcano IV y Grafito Ediciones, por nombrar algunas.

¿Quién es Claudio Álvarez?

Periodista con 20 años de experiencia en comunicaciones y publicaciones, Claudio Álvarez ha sido editor de contenido y escritor en periódicos, programas de televisión, radio y webshows. Como autor de historietas, sus cómics han sido publicados en Chile, Brasil, Italia, España, Francia, Dinamarca, India, Japón y Estados Unidos. Es el fundador de Acción Comics, una editorial independiente de cómics en Chile, y socio de la agencia de representación ArtistGO. Claudio también es parte de ChileComics, la asociación de editores de cómics de Chile.

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