273 – Editorial Novaro
por: Claudio Díaz & Mario Dvorkin & Gonzalo García
Es improbable que haya un lector de historietas que no reconozca este nombre cuando lo escucha, e imposible que un coleccionista no sienta el calor de la nostalgia cuando surge el tema en alguna conversación. La editorial Novaro fue una empresa dedicada a las historietas (por aquella época nadie decía cómics) nacida en México a principios de los años cincuenta que, bajo la conducción del gran empresario Luis Novaro con asistencia literaria de su hermano Octavio Novaro, se extendió con éxito por casi cada país de habla castellana. Durante más de treinta años distribuyó diversión y entretenimiento por España y América Latina a través de sus numerosos títulos.
Mucho antes de que se popularizaran el multimedia y la mercadotecnia, la editorial publicó revistas como Domingos Alegres, Clásicos del Cine, TV Mundial y Chiquilladas. Estas en particular ofrecían adaptaciones del cine o la tevé, una manera de tener en tu casa la película que te había gustado para revivirla una y otra vez, aunque más no fuera en versión impresa.
Para los lectores más aventureros publicaba Tarzán, El Llanero Solitario, Roy Rogers, Korak, Fantomas, Hopalong Cassidy o Flash Gordon.
Para educar y edificar a la juventud con el ejemplo editaban los títulos Vidas Célebres, Vidas Ejemplares, Leyendas de América y Epopeya, en las cuales adaptaban al noveno arte las vivencias de famosos científicos, descubridores, santos o mitos populares. Por el contrario, si los lectores solamente querían divertirse, para eso tenían a Archi y a otros íconos adolescentes.
Para los aficionados a los relatos de ciencia ficción editaban Titanes Planetarios, y para los fanáticos del terror publicaban Cuentos de Misterio.
Dirigidas a los más pequeños (pero leídas por todos) salían La Pequeña Lulú, El Conejo de la Suerte (Bugs Bunny), La Zorra y el Cuervo, Porky y sus Amigos, El Súper Ratón, Periquita, El Pájaro Loco, Tom y Jerry, La Pantera Rosa, Gasparín y los personajes de Walt Disney, incluidas las adaptaciones de sus películas.
En el ámbito del humor, además, estaban titulos como Lorenzo y Pepita o Daniel el Travieso.
Y, por supuesto, dejo para el final lo que todo lector ya conoce: Editorial Novaro fue la empresa que popularizó a los súper héroes en castellano, privilegiando los editados por DC Comics y cambiando los nombres en algunas ocasiones por otros que hoy resultan bastante graciosos: Marvila. Supermán (con tilde en la A), Nuevos Ídolos o Campeones de la Justicia.
La editorial, en su mejor momento, llegó a publicar 12 millones de ejemplares por mes de sus revistas, una cifra que le competía mano a mano al mercado norteamericano. Pero dejó de publicar historietas en el año 1985, tras una serie de contratiempos económicos. Las causas no han sido aclaradas en forma oficial, pero todos los indicios nos hacen aventurar que, tras la marcha de Luis Novaro en los años sesenta, los nuevos accionistas no supieron mantener el crecimiento sustentado de años anteriores.
Tampoco ayudó que las revistas no vendidas se re-entaparan y vendieran por debajo de su precio en países como Argentina o España. También es cierto que, a partir de los ochenta, un nuevo estilo de cómics más comprometidos pasó a ocupar el escenario de la historieta mundial. Cuando las pérdidas pasaron a ser mayores que las ganancias, fue el fin del coloso.
Con muchos aciertos (cientos de títulos publicados, centenares de millones de ejemplares impresos), y algunos errores (traducciones que eran más bien resúmenes) la editorial nos dejó un gran recuerdo que estará por siempre ligado a nuestra infancia.
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