166 – Comics de horror, crimen y ciencia ficción de la EC Comics

por: Mario Dvorkin & Gonzalo García

A principios de los años ’50, William M. Gaines sacó de la situación crítica a la compañía de historietas de su padre, la editorial Educational Comics, y la llevó al primer lugar de las historietas del género. ¿Por qué? Básicamente, porque supo interpretar y actuar sobre las tendencias de la juventud en esa época.

Dibujos de Jack Davis para la revista “Haunt of Fear”

En 1947 muere el pionero de los comics Max C. Gaines dejando a su hijo William Gaines un millón de dólares y un negocio que no iba bien. Max fue un pionero en la creación de los cómics modernos. En 1933, elaboró el primer panfleto de cuatro colores y cosido a máquina, un precursor del formato de cómic a color que se volvió estándar en la industria del comic norteamericano. Fue co-editor de “All-American Publications”, una compañía que introdujo personajes de ficción como Green Lantern, Wonder Woman y Hawkman. Luego continuó por su cuenta fundando Educational Comics, produciendo series como “Picture Stories from the Bible”. También fue autor de uno de los primeros ensayos sobre los “comic books” norteamericanos, publicado en 1942 llamado “Narrative Illustration, The Story of the Comics”.

Intentó retirarse en el año 1945, pero no le fue posible. Después de vender todos sus títulos de aventuras, se quedó con algunos como “Picture Stories from The Bible” y “Tiny Tots”, los cuales no tenían mucho éxito. Pero Max estaba decidido a levantar su editorial y, como tenía formación de maestro, buscaba lo mejor para la juventud. Se pasó los dos últimos años de su vida sosteniéndola a pérdidas cada vez más grandes. Al morir, deja a la compañía con una deuda de USD 100.000.

Su hijo William, también conocido como Bill, se encontraba en Nueva York realizando sus estudios universitarios en química cuando su padre muere en un accidente acuático. En vez de tomar el camino que tenía planeado, el de ser profesor de química, decide tomar las riendas de la empresa de su padre, EC Comics. Poco a poco fue haciendo su lugar en la industria, eliminando los títulos que había conservado su padre y probando de a poco con títulos propios. Durante los primeros años aparecieron y desaparecieron un montón de series: algunas eran imitaciones de las publicaciones de su padre, como es el caso de “Animated Comics”, del que salió un solo número en 1948 y contenía fantasías infantiles como “Bouncy Bunny in the Friendly Forest”. Otros eran esfuerzos torpes por crear cosas más fuertes, como el que apareció en 1947 con el inverosímil título “Blackstone the Magician Detective Fights Crime”, del que también salió un único número.

Algunas series románticas como “Modern Love”, publicada en el año 1949 hasta 1950, duraron un poco más. Gaines y Albert B. Feldstein comenzaron a notar que los lectores de sus cómics de la posguerra eran diferentes a los niños lectores de la primera mitad de los ‘40. Los temas bíblicos, más infantiles o románticos no despertaban tanto interés como historias más crudas, realistas y con argumentos un poco más complejos, no tan lineales. Había que hacer un cambio en la temática de las publicaciones, eso estaba claro.

Los títulos cambiaban a una velocidad desconcertante, una clara muestra de los problemas de ventas. El servicio de correo de los Estados Unidos exigía un depósito de USD 2000 a cambio de un permiso de franqueo para una nueva revista, por lo que los nuevos títulos que EC publicaba continuaban la numeración de los viejos que eliminaba, en un intento de evitar el pago de un nuevo franqueo. Cuando le costaba convencer a las autoridades postales de que un nuevo título era la continuación del anterior, optaba por tomar algunos elementos del título viejo y agregárselos al nuevo.

Esto dio origen a algunos títulos muy extraños y divertidos a la vez, que agregaron cierto suspenso a la compra de una revista. Por ejemplo, la colección del oeste llamada “Saddle Justice” se convirtió al cabo de 6 números en una revista de amor que, para conservar la apariencia de continuidad, recibió el título de “Saddle Romances”.  Siguiendo este formato, la revista “International Comics” se convirtió en “International Crime Patrol” durante 6 números y luego pasó a llamarse simplemente “Crime Patrol”.

Poco a poco se comenzaron a notar cambios en la editorial EC a medida que los años ’40 se alejaban. En las historias policiales, los criminales se hacían más grotescos y los argumentos, más sangrientos. En los dos últimos números de “Crime Patrol”, publicados en la primavera de 1950, apareció un buen truco narrativo: Las historias las contaba un personaje tenebroso llamado Crypt-Creeper.

En el número de abril la tendencia de la editorial quedó clara: “Crime Patrol” se convirtió en “Crypt of the Terror” y al cabo de dos números volvió a cambiar ligeramente, pasando a titularse “Tales from The Crypt”, título que conservó hasta el año 1955.

Sheldon Mayer, director bajo el padre de William Gaines, redactó cuando Max estaba vivo una lista de tabúes dirigida a todos los escritores y dibujantes. Estas prohibiciones se hacían cumplir a rajatabla e incluían situaciones como mostrar la muerte de alguien a tiros y puñaladas, escenas de tortura, amputación de extremidades y los ataúdes. Pero hacia finales de los ‘50 daba la impresión de que William Gaines se había abierto paso en la citada lista de tabúes con el ensangrentado cuchillo de carnicero que se convertiría en símbolo de la EC en la mente popular. En 1950 la compañía se proclamó oficialmente “Entertaining Comics – A new trend in comic books”.

Dibujos de Frank Frazetta para la revista “Shock SuspenStories” de E.C. Comics

Albert F. Feldstein fue el autor que dibujó y escribió muchas de las primeras historias de esta nueva editorial. Sus dibujos eran rígidos y un tanto estilizados, lo cual quedaba bien en algunos de los títulos góticos pero no tanto en otros géneros. En poco tiempo pasó a ser el principal guionista y el responsable de la redacción o adaptación de mucho de los títulos de EC de aquel período. Su producción fue notable: Durante 5 años creó por lo menos una historia completa diaria para la editorial.

Página de la revista “Weird Fantasy”

En el transcurso de los 5 años siguientes los títulos viejos desaparecen en su totalidad y son reemplazados por otros nuevos, verdaderamente nuevos, a la vez que la narrativa y el estilo del dibujo se convirtieron en un modelo para la industria entera.

Dibujos de Wally Wood para la revista “Weird Science” de E.C. Comics

En mayo de 1950 aparecieron dos títulos innovadores: “Weird Science” y “Weird Fantasy”. Ambos se publicaron hasta 1953 y en Marzo de 1054 se fundieron en un solo título llamado “Weird Science-Fantasy” que se publicó hasta 1955. Estos dos títulos eran los favoritos del editor, pero no alcanzaron nunca un gran éxito comercial; la EC los mantuvo porque se sentía orgullosa de ellos. “Weird Science” y “Weird Fantasy” no fueron los primeros cómics de su género, pero sí los primeros en adaptar grandes relatos de la literatura, añadiendo a la vez una nueva dimensión gráfica al género. Las revistas de ciencia ficción y fantasía estaban prácticamente olvidadas hasta que la EC trajo al público nuevamente sus historias con un estilo visual totalmente novedoso.

“Lost in the Micro-Cosm”, la historia principal de “Weird Science #1” fue obra de Feldstein y sentó las bases de los 3 años que duraría la revista. Este cómic era la adaptación de una novela de Henry Hasse publicada en 1936 en “Amazing Stories” llamada “He Who Shrank”.

Página de “Lost in the micro-cosmos”

“Weird Fantasy” en realidad no era distinta de “Weird Science”. En la Entertaining Comics nunca se tomaron muy en serio la fina línea que separa la ciencia ficción de la fantasía. Las historias de estas revistas tomaban cosas prestadas de los clásicos de ciencia ficción. H. G. Wells y Julio Verne aparecían en las historias de fantasía y Ray Bradbury hizo numerosas apariciones en la revista de ciencia ficción. Ambas revistas además compartían la mayoría de los escritores y dibujantes: Al Feldstein dibujaba y escribía para ambas, como hicieron también Harvey Kurtzman, Wally Wood, Jack Kamen, Joe Orlando y Al Williamson.

Dibujos de Bernard Krigstein para la revista “Crime SuspenStories” de E.C. Comics

Ray Bradbury colabora con la editorial EC comics entre los años 1951 y 1954. Estas colaboraciones fueron en su totalidad adaptaciones de Albert Feldstein, de relatos como “There will come soft rains”. Las adaptaciones pueden dividirse en dos etapas: En la primera etapa nos encontramos con dos historias: La primera se trata de “Una Funeraria Extraña”, copia del relato corto “El Encargado”. En el segundo caso, Albert Feldstein crea un nuevo relato llamado “Home to Stay”, a partir de dos de las obras de Bradbury, “Kaleidoscope” y “Rocket Man”.

Dibujos de Jack Davis para la revista “Crime SuspenStories” de E.C. Comics

Bradbury, al ver estas dos adaptaciones, le envía una carta a Gaines en la que le “recordaba” que no le había pagado sus USD 50 por los derechos de sus dos historias. Gaines, para evitar problemas y viendo una posibilidad de colaboración por parte del escritor, le envía el dinero pedido con una cordial respuesta. Bradbury a partir de entonces, autoriza a EC Comics para que hiciera adaptaciones oficiales de sus historias. Aquí comienza la segunda etapa, que consta de 25 adaptaciones oficiales. Posteriormente, 16 de estas adaptaciones son recogidas en dos publicaciones, “Autumn People” y “Tomorrow Midnight” con portadas en ambos casos del gran ilustrador Frank Frazetta. Las adaptaciones de sus historias fueron dibujadas por un elenco importante de artistas: Jack Kamen (6), Jack Davis (3), Joe Orlando (3), Graham “Ghastly” Ingels (2), John Severin y Bill Elder (2), Al Williamson (2), Wally Wood (2), Johny Craig (1), George Evans (1), Reed Crandall (1), Bernie Krigstein (1) y Al Williamson en colaboración con Angelo Torres (1).

Ilustraciones de tapa de Frank Frazetta para Ray Bradbury

Las historias policiales de crímenes también innovaron en sus relatos. Las historietas como “Crime SuspenStories” y “Shock SuspenStories” era más duras y hacían que muchos de los lectores se sintieran incómodos. Estas historias, entre otras cosas, no garantizaban un final feliz, y mucho menos uno justo. La venganza ocupa un lugar principal en estos relatos.

Las historias de crímenes, fantasía y ciencia ficción fueron triunfos artísticos, pero el verdadero éxito llegó con las historias de terror. Fueron los títulos de horror los que causaron toda la atracción y también los problemas.

Dibujos de Graham “Ghastly” Ingels para la revista “The Haunt of Fear” de E.C. Comics

Tres títulos fueron los que permitieron que la EC alcanzase el éxito a partir de 1950 y todos fueron en gran medida creaciones de William Gaines y Al Feldstein. El primer título de horror, que mencionamos anteriormente, fue “Crypt of Terror”, que introdujo no sólo el estilo del cuento de terror de la EC si no la idea de un narrador que la contando la acción, quien ayudaba a aliviar la tensión que los relatos podían crear, y daba al lector juvenil el placer de participar en la creación de los mismos.

Dibujos de Johnny Craig para la revista “The Vault of Horror” de E.C. Comics

La respuesta inmediata del público obligó a Entertaining Comics a crear otros dos títulos del mismo género: “The Vault of Horror”, presentado por el horroroso Vault-Keeper y “The Haunt of Fear”, presentado por una bruja llamada Old Witch.

Lo particular de este género es que los dibujantes de horror eran casos insólitos en el ramo porque tenían sus estilos distintivos. Firmaban claramente con su nombre  y acabaron convirtiéndose en celebridades con muchos seguidores. “Tales from the Crypt” era el territorio de Jack Davis, que también dibujaba para historietas de crímenes y guerra. La gracia de su estilo humorístico distraía de la la repulsión que sus historias generaban. John Craig presidía “The Vault of Horror”. Era el único responsable de sus historias e incluso fue el director de su revista durante los últimos 5 años. Y por último, quizás el más popular de los 3 dibujantes, Graham Ingels que firmaba como “Ghastly”.

Dibujos de Joe Orlando para la revista “Weird Science” de E.C. Comics

La popularidad de este trío siguió creciendo, pero en 1954 todo comenzó a caer en picada. La desaprobación de este tipo de lecturas crecía y los padres miraban con horror este tipo de obras. En 1954 un psiquiatra austríaco llamado Frederic Wertham publicó un libro “The Seduction of the Innocent” donde atribuye a la violencia de los cómics la culpa de los problemas de la sociedad.

Dibujos de Graham “Ghastly” Ingels para la revista “The Haunt of Fear” de E.C. Comics

Un grupo de madres estadounidenses, apoyadas por la ciencia europea, lograron llevar al senado una investigación sobre la delincuencia juvenil. Wertham y otros psiquiatras  testificaron contra los cómics en general pero sobre todo hicieron hincapié en los cómics de terror y crímenes. William Gaines, en cambio, decidió hablar en favor de los mismos. Se defendió con numerosos y válidos argumentos, pero la disputa se centró en la cuestión del gusto más que en la ley y el más famoso intercambio de palabras de la audiencia tuvo lugar entre Gaines y Estes Kefauver acerca de una portada creada por John Craig en la que un hombre con un hacha ensangrentada sostenía la cabeza de una mujer. “¿Cree usted que esto es de buen gusto?” preguntó Kefauver. “Sí, señor, lo creo… para una portada de un cómic de horror.” replicó Gaines.

El dibujo de tapa de Johnny Craig para “Crime SuspenStories” que generó controversia.

El Senado no tomó ninguna medida, pero la industria del cómic se sometió a una “limpieza” de sus productos. Varias semanas después, Gaines convocó a varios colegas editores con el propósito de formar un grupo de acción y protegerse de la censura, pero no resultó como lo planeaba. Lo primero que hicieron los editores fue proscribir las palabras “horror”, “terror” y “crimen” de sus títulos. Gaines, disgustado, abandonó el grupo pero éste permaneció unido y en 1954 pasó a denominarse “The Comics Magazine Association of America”.

La asociación se otorgó a si misma la facultad de prohibir revistas y promulgó un “código de los cómics” destinado a regular el contenido de las historietas. Entre las palabras proscriptas, se le sumaron la prohibición de representación de sangre, violencia, lujuria y escenas relacionadas con muertos vivientes, torturas, vampiros, canibalismo y licantropía. Básicamente todos los elementos de las historias de crimen, terror y suspenso. Los mayoristas y distribuidores se negaban a repartir los cómics que no estén bajo el sello de aprobación del código y no había forma que la editorial Entertaining Comics la obtuviese. La presión se hizo demasiado fuerte y Gaines finalmente se da por vencido y suspende sus revistas de horror.

Gaines trató de conseguir el permiso del código con series nuevas y sin ningún tipo de polémicas y respetando todo el “comic code” sobre temas como la aviación, el periodismo, la piratería e incluso el psicoanálisis, pero no consiguió vender nada, y mucho menos el sello de aprobación. Probó suerte con unas revistas en blanco y negro que llevaban textos arriba y abajo de las viñetas y que, por consiguiente, no era cómics técnicamente hablando, lo que lo dejaba fuera de la autoridad del código. Pero los títulos de esta serie duraron sólo dos números, consumiendo los últimos beneficios de las revistas de horror y dejando a la EC con una deuda de USD 110.000.

A la compañía no le quedaba otra cosa en sus manos que la revista “MAD”. Pero esta historia la dejamos para otro podcast.

Otro detalle en la que se destacó esta editorial es el letreado de sus revistas, realizadas por Jim y Mary Wronker.  La apariencia mecánica de la tipografía le daba un aspecto estéril que ayudaba a definir el estilo particular de la editorial. Este aspecto fue logrado utilizando un set de letreado Leroy, un artefacto popular entre los arquitectos. Este dispositivo solucionaba la necesidad de producir un estilo uniforme y legible de las letras.

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