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En el marco del noveno encuentro de historietas de la Crack Bang Boom en Rosario, el viernes 12 de octubre, en el Teatro Príncipe de Asturias, se realizó el Workshop con Alan Davis, el guionista y dibujante de comic books británico. Su trabajo más conocido es en las series de mutantes de Marvel Comics, en Batman y en Miracleman y también por sus numerosas portadas para otras series. Posee un trazo fino, limpio, elegante y dinámico y una claridad narrativa envidiable.

Davis salio al escenario a paso tranquilo y calmo con sonrisa simpática, como de tío bonachón. Saludó al público y se dispuso a adentrarnos al modo de trabajo que el emplea. Nos muestra el método corriente de encarar una ilustración, partiendo del trabajo final hacia atrás. Comenzando por la tinta, luego pasando por el lápiz final, el plantado en lápiz y finalmente el boceto. Se podría decir el ABC de la profesión , posiblemente algo no muy revelador para algunos dibujantes. Lo que si sorprende es que automáticamente pasa a mostrarnos una página en blanco y es acá es donde verdaderamente empieza el workshop.
Alan nos muestra una serie de dibujos de sus nietos y de sus hijos cuando tenían 3 o 6 años y nos muestra imágenes que son más rayones que ideas concretas. Básicamente, nos traslada al mundo de los primeros años de nuestra infancia y nos planta según él una idea que es fundamental: El instinto del dibujante. Nos habla luego sobre qué es correcto y que no a la hora de dibujar y de hacer una búsqueda en el instante del bocetado, poniendo énfasis nuevamente en la idea de lo instintivo por sobre lo técnico, pero sin olvidarlo.

Retornamos así a su impronta laboral, recorriendo por sus bocetos simples y libres. Luego paseamos por sus sketchbooks de Batman, 4F y Clandestine realizados en cuadernos a4 de papel común y corriente. Volvemos a los procesos de ilustración y nos recuerda algunas cosas como “Tengan concepto sobre lo que van a dibujar”, “La idea por sobre la técnica” y “hagan las cosas simples”. Nos cuenta algunas experiencias de cuando recién comenzó en la profesión, de como todos le decían las cosas a corregir pero haciendo que el dibujo pierda la gracia. Hasta que conoce a Cam Kennedy, ilustrador escocés, que una vez le dijo “Si se ve bien, está bien”.

En la pantalla pasamos a ver imágenes con mucho movimiento, espectaculares páginas de acción llenas de vigor, luchas épicas llenas de personajes, para después pasar a páginas más domésticas, tranquilas. Davis empieza a explayarse en temas de expresión, emoción y acción, pasando a la caricatura y el realismo, el lenguaje corporal, figuras heroicas y cotidianas, líneas sinéticas, construcción y deconstrucción de viñetas .

De repente, en medio de un ataque de información en la pantalla, aparece la página en blanco para recordarnos algunas cosas: “No hay modo correcto e incorrecto de hacer las cosas, deben confiar en su instinto, no dejen que las reglas se conviertan en grilletes” dice de este modo Alan Davis para dar cierre a un cátedra magistral de su modo de aplicar sobre el trabajo. Sin dejar la sensibilidad e impronta de lado por sobre lo técnico. Así finaliza el Workshop con Alan Davis. Se levanta, agradece y saluda a su público con la misma sonrisa con la que llegó.