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Una Historia de la Fantasía 12 – Autores argentinos de Fantasía

por: Claudio Díaz

¡Hola! Bienvenidos a un nuevo capítulo de «Una Historia de la Fantasía», una visión personal surgida de la lectura y el coleccionismo.

Este fin de semana estuve bastante atareado tratando de avanzar con mi novela, la cual tengo en proceso desde hace unos años y me está costando terminar por falta de tiempo. Lo ideal sería finalizarla para el año que viene, cuando salgamos de esta dichosa pandemia y podamos asistir a los eventos otra vez. Y además estuve ocupado haciendo una corrección de texto que tenía pendiente, ya que también me dedico a eso cuando el tiempo lo permite. Por todo lo dicho, preparar un programa especial sobre un autor o sobre una época determinada de la literatura fantástica me fue imposible.

Pero se me ocurrió, como había mencionado en algún programa anterior, que podría hablar de la situación actual de la literatura fantástica en Argentina y mencionar a algunos de los autores más destacados que están tratando de hacerse un nombre dentro del género. Un género que, si bien goza de muchos seguidores y lectores, no tiene editoriales que se dediquen a fomentar la obra nacional. Por eso tantos buenos escritores deben financiar de su bolsillo la edición de sus libros y conseguir portadistas, ilustradores, buenos precios de imprenta y demás. Surge la pregunta entonces ¿cómo estructurar esta narración? Se me ocurrió que podía comenzar con el momento en el cual descubrí que había más autores de fantasía en la Argentina que, como en mi caso, buscaban abrirse camino en el reino de la fantasía.

Allá por el 2010 decidí autoeditar mi primer libro, una colección de relatos fantásticos llamado «Relatos de Terra Incognita». Con la ayuda de algunos amigos que me asesoraron en temas de edición y con los ahorros que tenía en ese momento pude hacer una edición modesta de mil ejemplares. La portada es de Ariel Olivetti y los dibujos interiores de Quique Alcatena, dos personalidades impresionantes de la historieta nacional y mundial que, además, se portaron como amigos generosos al prestar su arte para ilustrar mis modestos cuentos.

Luego de publicarlo pensé: –Bueno, debo ser uno de los pocos, sino el único loco, que se dedica a escribir y publicar fantasía–, sobre todo cuando las autoediciones tiene más que ver con ciencia ficción, autoayuda, poemas o historietas. Por suerte resultó que no. Al asistir a los primeros eventos literarios y de fantasía conocí otros autores que además eran muy buenos y que estaban tratando de labrarse un nombre en el ambiente. Pero me estoy adelantando.

Los que me conocen saben que trabajo en una librería de Belgrano dedicada a la ciencia ficción, la fantasía, el terror y la historieta hace muchos años, una década y media por lo menos. Y fue así que llegaron al local dos autoras con su libro recién editado, el primer tomo de una saga. Ellas eran Vanesa O’Toole y Fernanda Bertonatti, creadoras de una historia impresionante de cuatro tomos –más tarde extendida a cinco–, llamada «Aquelarre». Se trata de una narración rica en matices, de prosa abundante y profusamente ilustrada que trata sobre escuelas de magia, hechicería, predestinación y mitologías antiguas. Está protagonizado por tres jóvenes que van pasando de una escuela a otra y de una tradición mágica a la siguiente. Cada tomo tiene un subtítulo: «La Isla del Fuego», «La Isla de la Tierra», «La Isla del Aire» y «La Isla del Agua».

Por supuesto que adquirí mi ejemplar, una de las primeras ediciones publicadas, ya que luego fueron cambiando portadas y adaptando el diseño. Lo ojeé curioso, preguntándome si la historia sería buena y cómo estaría escrito. Y la verdad es que estaba muy bien hecho, atrapante y ameno. Pero más me sorprendió encontrar gente que escribía fantasía, que la autoeditaba y que le podía pelear mano a mano a los grandes autores extranjeros. Vanesa y Fernanda también escriben por separado cuentos cortos y novelas, como «Siete Días Para Elizabeth Schumann» y otros relatos de horror y fantasía que han publicado en varias antologías.

Aclaro aquí que ellas son editoras además de autoras, tanto de su obra como la de otros colegas, dentro del sello Thelema. A eso le tenemos que sumar que Vanesa y Fernanda se movían mucho para promocionarlo y en esa época había cantidad de eventos a los que asistir: medievales, de cómics, de animé y otros, en los cuales nos brindaban a los autores una mesa para mostrar nuestra obra o una charla para presentarla al gran púbico.

Yendo a uno de los eventos mencionados, de carácter medievalista, en el cual se vendía cotas de malla, artesanías, espadas y se amenizaba con grupos musicales o combates simulados, me encontré con el stand de Máximo Morales, otro editor independiente que se dedica a publicar fantasía, terror, ciencia ficción y temas medievales, tanto propios como de otros autores. Estaba presentando el libro «Peregrino de la Medianoche» que acababa de publicarle a una de sus autoras, Graciela Rapán. Este libro reúne relatos cortos de todo tipo, algunos medievales, otros contemporáneos, algunos humorísticos, otros que encajan más en la ciencia ficción, el horror o la fantasía. La autora se encontraba presente y en ese momento la conocí. Por supuesto que compré el libro y me pareció excelente. Graciela es tan buena escritora como versátil, lo que hace al «Peregrino» un libro imprescindible. Otros relatos de su autoría los podemos encontrar en antologías como «A Veces veo Cosas». La lista de autores de fantasía independientes de buena calidad parecía ser más extensa de lo que me imaginaba.

En ese mismo evento, caminando un poco más, me encontré con otro autor independiente, Diego Furbatto, vestido con capucha y capa para la ocasión. Me acerqué y comenzó a contarme sobre su obra, «Letgrin de Eumeria», el primer tomo de una trilogía que al día de hoy ya se ha publicado por completo. La historia, de temática medieval fantástica, está ambientada en la Patagonia, pero en una Patagonia alternativa poblada por reinos fantásticos y personajes heroicos, ejércitos, magos y hechiceros. Una idea bastante original y además bien escrita, con acción, humor y aventura en su justa medida. Se lo compré, obviamente, y entonces le comenté que yo también me dedicaba al mismo género. Sin querer nos estábamos encontrando un montón de personas con las mismas inquietudes.

Diego ha publicado otros libros más, como «Gastón y el secreto del laberinto», dedicado al público joven, además de «Rocco Hachasedienta». Este autor también tuvo un espacio radial en el cual promocionaba obras de autores nacionales de fantasía.

Entre los escritores que habíamos entrado en contacto armamos un grupo de facebook y de ese modo conocí a Mariana Di Acqua, autora de la saga de los Cuatro Elementos, del cual había publicado el primer tomo, «La Redención del Guerrero de Fuego». Mariana es una narradora muy buena. Tiene una prosa especial, una prosa que va mucho más allá del escritor común de fantasía, porque además de aventura y entretenimiento busca transmitir un mensaje positivo que otorgue a la obra una dimensión extra, de tal manera que uno quede encantado no solamente con lo que está leyendo sino con la manera en que te lo está contando. Y además porque en las primeras páginas de su libro puso una aclaración que comparto totalmente con respecto al uso de los gerundios.

El gerundio, bien utilizado, sobre todo en una novela de acción, funciona bien. Si sabés usarlos, es correcto que recurras a ellos cuando corresponde. Nunca pude entender a los encargados de los talleres literarios que censuran por completo el uso de los gerundios, cuando son una de las opciones que los narradores tenemos a mano como tantas otras a las cuales no desdeñan. A Mariana Di Acqua eso no la amilanó y utilizó el lenguaje como corresponde. Con la aclaración mencionada se ganó todo mi respeto, incluso antes de haber leído su novela, porque eso es tener agallas. Si querés ser escritor tenés que manejar el idioma muy bien, tenés que saber sacarle rédito. Es necesario tener muchas horas de lectura, muchas horas de escritura, mucha práctica y mucha corrección. En el caso de Mariana eso se nota.

Esta autora ha continuado su saga con tres tomos más, que por suerte son independientes,ya que cada uno puede leerse por separado y no importa por cuál empieces porque poseen un protagonista distinto, si bien en el quinto y último tomo se van a encontrar los personajes para la aventura final. Hasta ahora se han publicado «La Redención del Guerrero de Fuego», «Los Espíritus del Aire» –mi preferido, una novela redonda, absolutamente redonda–, «La Leyenda de las Selkies del Agua» y «Las Raíces de la Tierra». Quedaría el quinto y último tomo mencionado. Esta autora ha escrito también la novela «El Poeta, el Diablo, y Margarita», una historia independiente de las anteriores, demás de varios relatos cortos.

Antes dije que nos encontrábamos por Facebook. Allá por el 2012 compartíamos ideas, opiniones, nuevos hallazgos o eventos a los que pudiéramos asistir. Por suerte, en ese grupo que se armó participaron creadores del interior del país, por lo que ha llegado el momento de presentar, aunque ustedes ya las conocen porque las mencioné en dos videos anteriores, a Leonor Ñañez y a Carolina Panero, autoras de la genial saga «Los Reinos de Hêrion». Esta saga mencionada pertenece a la llamada fantasía épica, espacio compartido con “El Señor de los Anillos” o “Juego de Tronos“, en el cual tenemos varios reinos civilizados diferentes que se enfrentan a una amenaza superior en fuerza y maldad. La narración reúne y acompaña a los héroes más hábiles de cada reino y emprende una misión a través del mundo conocido para hallar el medio de repeler los ataques diabólicos que están destruyendo sus tierras respectivas. En este caso los adalides elegidos son personajes femeninos, lo que le da un carácter distintivo a la obra.

Los tres tomos publicados hasta el momento están muy bien escritos y es un mérito grande para las autoras también que la obra se pueda leer y no se note que son dos personas las que colaboran en la escritura; interactúan muy bien y se complementan de la mejor manera. Son libros súper amenos, con mucha aventura y excelentes personajes, por lo que recomiendo su lectura. Hay que destacar que publicaron el primer tomo de la saga gracias a que ganaron un concurso literario, aunque luego continuaron la publicación en forma personal y a través del sello Thelema de Fernanda y Vanesa. Más tarde crearon un sello propio, Cuervolobo Editorial, para continuar la publicación de sus obras juntas y en solitario, además de invitar a colegas a participar de diversas antologías. Los tomos publicados hasta el momento son: «La Llave Púrpura», «El Secreto del Templo» y «La Isla de Ostrov».

Hay muchos más autores y obras de calidad para mencionar, pero eso da para un programa nuevo porque este ya se nos ha hecho muy largo. Los autores de los que no alcancé a hablar todavía los mencionaré más adelante, cuando cuente cómo se formó ELFA, siglas de Escritores de Literatura Fantástica Argentina. Cabe destacar que algunos de los diferentes autores que he mencionado armaron y editaron antologías en las cuales invitaron a participar a otros colegas: «Buenos Aires Fantástica», editado por Fernanda y Vanesa de Thelema Editorial, es una colección de relatos protagonizados por seres mitológicos y ambientados en cada barrio de nuestra ciudad escritos por cuarenta y ocho autores diferentes, todo un récord para la literatura fantástica argentina.

«Dioses de Arena» es otra antología digna de destacar, compuesta por narraciones fantásticas protagonizadas o inspiradas por los dioses egipcios, de la cual hablé en un programa anterior. Yo también, llegado el momento, quise despuntar el vicio y armé, por fin y de una vez por todas en nuestro país, una antología de espada y brujería, el género que más me apasiona leer. No es que sea el único subgénero que me gusta, me encanta toda la literatura fantástica, pero soy lector de fantasía heroica desde que tenía ocho años y es mi vertiente preferida porque me viene acompañando desde hace mucho tiempo.

Hasta ahora cubrí la aparición de la nueva literatura fantástica independiente y el período que va del 2010 al 2013; aún hay más para contar y numerosas obras que vale la pena mencionar. Y el 2010 no es una fecha caprichosa, ya que en ese momento los costos de impresión descendieron a cifras accesibles para cualquier persona con ganas de publicar su obra, y además había un interés muy grande gracias a la popularidad de sagas como “Harry Potter“, “El Señor de los Anillos” y “Juego de Tronos“. Eso posibilitó que se visualizara la cantidad de lectores y fanáticos del género que había en nuestro país aguardando nuevas historias.

Gracias por haberme seguido hasta aquí, nos vemos en una próxima entrega de «Una Historia de la Fantasía».