Superman 2025: “Superman ahora es un punkrocker”
por: Nico Urich

Después de 12 años desde el estreno de Man of Steel, Superman regresa a la pantalla grande, luego de que haya corrido mucha agua bajo el puente. La versión protagonizada por Henry Cavill y dirigida por Zack Snyder suscitó intensos debates entre los fans. Su enfoque más oscuro y serio se alejó bastante de los estándares de los cómics, lo que hizo que se quedara sin “súper aliento” y deambulara por el limbo hasta la cancelación definitiva del DCEU. Con la llegada de James Gunn como nuevo CEO de DC Studios, se anunció una nueva hoja de ruta para el universo DC en el cine. Así fue como, en 2023, se confirmó una nueva película del Hombre de Acero, también dirigida por Gunn, que marcaría el inicio de este renovado universo cinematográfico.
James Gunn venía de arrasar en el MCU con la trilogía de Guardianes de la Galaxia y luego cruzó de vereda con The Suicide Squad (2021) y la serie Peacemaker (2022). Pero ¿tenía los pergaminos necesarios para dirigir un filme del superhéroe más grande de todos los tiempos? Guardianes de la Galaxia fue una sorpresa porque, fuera del cómic, aquellos personajes eran casi desconocidos. Sin embargo, lograron algo que ni las películas de los Avengers alcanzaron del todo: conectar emocionalmente con el público. En las películas de Gunn, los superpoderes son un accesorio o una excusa; lo importante son las emociones de los personajes, sus aprendizajes y sus evoluciones. Y eso, en Superman —aunque no lo parezca— es trascendental.

Superman por David Corenswet
Para empezar, Gunn logró algo digno de destacar: condensar casi todas las versiones del icónico héroe, dando como resultado la adaptación más fiel que se haya hecho de un personaje de cómic. Se ha dicho que se inspiró especialmente en obras como la gloriosa All-Star Superman de Grant Morrison y Frank Quitely o la intimista Superman for All Seasons de Jeph Loeb y Tim Sale. Pero reducir esta película solo a esas dos influencias es ignorar todo lo que la nutre. Gran parte de cómo está planteada la historia y sus personajes se basa en el Superman de John Byrne, continuado por el súper equipo de Dan Jurgens, Roger Stern y Jerry Ordway, entre otros. Aún así, hay muchos elementos de la Edad de Plata, como la Fortaleza de la Soledad, sus robots y Krypto, logrando un mix perfecto. Una licencia que ya genera bastante debate está relacionada con su herencia kryptoniana, Jor-El y Lara, sus padres biológicos. En mi opinión, esto será el disparador de una eventual secuela, pero es demasiado pronto para asegurarlo.

Lex Luthor por Nicholas Hoult
Gunn va al grano y no se molesta en presentarnos el origen de Superman. Aquí no veremos Krypton explotar ni al bebé Kal-El aterrizar en Smallville. La película deja claro desde el principio que Superman se reveló al mundo hace tres años; todo lo anterior es bien conocido por el público. No se pierde tiempo en volver a mostrar escenas que ya vimos incontables veces. Superman ya es un héroe reconocido y respetado, y Clark Kent ya trabaja como periodista en el Daily Planet, donde mantiene una relación secreta con su colega Lois Lane.
El argumento inicial presenta a un Superman en el centro del debate público por su intervención en un conflicto armado entre dos países. Uno de ellos, con mayor poderío, busca invadir y someter al otro para imponer un gobierno títere. Esto desata diversas opiniones sobre el accionar del Hombre de Acero, que llegan incluso al gobierno norteamericano, ya en tratos con Lex Luthor para detenerlo. A esto se suma que, al inicio de la cinta, Superman enfrenta a un supuesto metahumano oriundo del país invasor, quien logra neutralizarlo. Más tarde se revela que no es otro que Ultraman, una marioneta de Luthor (de cuya identidad no diremos nada).
Este conflicto geopolítico afecta su relación con Lois Lane, quien, aunque es su pareja, no puede dejar de lado su rol como periodista. Ella le cuestiona si sus actos resuelven o empeoran la situación. La ya cuestionada imagen pública de Superman se deteriora aún más cuando Luthor lanza una bomba mediática: revela al mundo que el Hombre de Acero es un invasor extraterrestre. Esto provoca un rechazo generalizado. Y no es todo: Lex irrumpe en la Fortaleza de la Soledad, descubre un secreto que ni el propio Clark conocía, destruye sus robots y secuestra a Krypto, su perro. Sabiendo que su mascota está en manos de su némesis, Superman decide entregarse a las autoridades, que lo dejan a disposición de Luthor.
Está claro que esta película busca diferenciarse de la versión anterior, Man of Steel (2013). En ella, Clark Kent era un joven solitario, que deambulaba por el mundo y se ocultaba debido a una torpe lección de su padre adoptivo. No es hasta la invasión kryptoniana que se presenta como Superman, y su relación con el mundo es distante. Además, Kal-El es parcialmente responsable del conflicto, ya que Zod invade la Tierra en busca del códex que él lleva. El Superman de 2025 es todo lo contrario: cercano, optimista, confiado e inocente. Tiene amigos como Clark Kent y como Superman, y no permanece ajeno a los conflictos de su entorno. Mientras Snyder presentó a un Superman casi divino, con analogías religiosas, Gunn lo retrata como un ser humano con poderes extraordinarios, presionado desde lo interno y lo externo, que madura y aprende. Este Superman no ve sus poderes como un trauma, sino como una herramienta para hacer el bien, que es su máxima en la vida.

Lois Lane por Rachel Broshanan
Aquí surge uno de los puntos más debatibles —y al mismo tiempo más positivos—: el diverso elenco de personajes. Superman siempre contó con una rica galería de secundarios, tanto en los cómics como en otras adaptaciones, y esta no es la excepción. El Daily Planet está completo: desde el jefe Perry White hasta la atrevida Cat Grant, conocida por ser la tercera en discordia entre Lois y Clark. Aunque no todos logran destacarse, se agradece su inclusión. El que sí brilla es Jimmy Olsen, quien regresa por todo lo alto tras su nefasta participación en Batman v Superman. Skyler Gisondo nos entrega un Jimmy con actitud, muy parecido al que escribieron John Byrne y Jerry Ordway. No solo es amigo de Superman, sino que pasa a la acción y se vuelve clave en la trama. También se hace justicia con Jonathan y Martha Kent, interpretados por Pruitt Taylor Vince y Neva Howell. Son una pareja en la tercera edad, sacada directamente de Man of Steel de Byrne, que funciona como cable a tierra para Clark.
Por otro lado, está la Justice Gang, integrada por Guy Gardner (Nathan Fillion, muy carismático), Mr. Terrific (Edi Gathegi, sorprendente) y Hawkgirl (Isabela Merced, con un personaje poco aprovechado). Este grupo sirve para mostrar cómo se relaciona Superman con otros superhéroes y qué lo distingue de ellos: es más cuidadoso, pero también más inocente. También aparece Metamorpho, el clásico personaje de Bob Haney y Ramona Fradon, con una interesante vuelta de tuerca. Aunque su participación es breve, logra conectar con el espectador.
En cuanto al villano principal, Gunn fue a lo seguro: Lex Luthor. Pero este es el Lex que siempre se nos negó en el cine. Lejos del supercriminal excéntrico de Gene Hackman, y del caótico y sin rumbo de Jesse Eisenberg, aquí tenemos al Lex definitivo: un supergenio con un imperio empresarial, decidido a eliminar a Superman. Nicholas Hoult encarna a un Luthor despiadado, frío y calculador, pero también irascible y déspota. Tiene muy en claro por qué odia a Superman. Para cumplir su objetivo, se vale de Ultraman y de la Engineer, personaje de The Authority, bien utilizada aunque poco desarrollada en cuanto a motivaciones.

Guy Gardner por Nathan Fillon
Y por supuesto, no podía faltar Lois Lane, interpretada por Rachel Brosnahan. Esta Lois dista mucho de la versión de Amy Adams y del resto vistas en el cine. Aquí ya conoce el secreto de Clark, con quien mantiene un noviazgo lleno de tensiones, inseguridades, pero también de confianza y amor. Esta Lois no se mete en problemas cada cinco minutos esperando ser salvada, pero sí está dispuesta a arriesgarse por él. Su química con Superman en pantalla es excelente, y la convierte en la mejor Lois Lane cinematográfica hasta ahora.

Mister Terrific por Edi Gathegi
Finalmente, llegamos a la parte más difícil de esta reseña: describir al Superman de David Corenswet. Físicamente, cumple con creces, aunque no alcanza la mítica imagen de Christopher Reeve ni el porte de Henry Cavill. Sin embargo, logra transmitir algo que ninguno de los dos consiguió del todo: cercanía y humanidad. Este Superman no es una figura divina ni paternal; es alguien con quien nos podemos relacionar emocionalmente. Claramente, es el Superman que John Byrne moldeó en Man of Steel (1986), como se confirma en una emotiva escena final. Es vulnerable, y está bien que lo sea, porque eso hace que sus triunfos sean más emocionantes. No se trata de mostrarlo débil, sino de entender que sus verdaderas debilidades van más allá de la kryptonita. Corenswet lo transmite, y con creces.
Superman es una película muy divertida y recomendable si buscás una historia de superhéroes que no pretende reinventar nada ni ser pretenciosa. Nos ofrece un mundo que gira en torno a Superman y lo que inspira, para bien o para mal. Nos muestra tanto a quienes lo aman como a quienes lo desprecian. Todo esto, sostenido por un elenco fantástico que mantiene la frescura de la cinta. Aún falta saber si funcionará en taquilla, pero las sensaciones iniciales son excelentes, sobre todo después del ostracismo del DCEU. Ojalá que, de ahora en más, Superman marque el camino para las adaptaciones de superhéroes: con respeto por el material original y sin polémicas externas. Que volvamos a discutir si las películas son buenas o malas por su argumento, no por su agenda. Se pueden criticar aspectos positivos o negativos: la trama tiene puntos polémicos, algunos chistes podrían sobrar, el CGI tiene momentos buenos y otros no tanto (aunque sin llegar a lo desastroso), y el vestuario puede gustar más o menos. Pero nada de eso empaña el resultado final.
Superman (2025) nos devuelve al Hombre de Acero que muchos venimos esperando hace años: menos grandilocuente, más humano, optimista, inocente, confiado y amable. Eso es lo que lo distingue del resto. Dioses hay muchos, pero Superman hay uno solo. Y para cerrar, me despido con una frase que resume a la perfección a este Superman de 2025: “Fue Krypton lo que me hizo Superman, pero es la Tierra lo que me hace humano”. Man of Steel, 1986. Por John Byrne.
— o —
Te invitamos a seguir leyendo.
Envianos tus consultas a través del email hola@gcomics.online.
Son bienvenidas las propuestas e ideas.
También podés escuchar nuestro PODCAST.
Encuentra los libros que publicamos en papel en NUESTRA TIENDA.
— o —
Seguinos en Telegram, Facebook, Instagram y en Twitter para estar actualizado sobre las novedades de historietas y dibujo.
Estamos también en Google Podcast, Spotify, Itunes, Ivoox, Stitcher y TuneIn.