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¿Qué es la Literatura Fantástica?

por: Caro Panero, Leonor Ñañez y Claudio Díaz

Los arriba mencionados somos autores de fantasía. Como tales, tenemos la suerte de ser invitados a participar en eventos y charlas relacionadas con el género, y de este modo podemos promocionar nuestras obras y darle a la fantasía la difusión que sabemos que merece. En algunas ocasiones, para sorpresa nuestra, nos han pedido una definición sobre la literatura fantástica, o si me permiten la generalización, sobre el género fantástico (y de este modo englobamos otras artes también, como el cine, la historieta, el teatro o la ilustración).

Antes de caer en la trampa de buscar una definición que contente a todos, permítanme preguntar a mi vez: ¿Quiénes son aquellos que nos piden una definición? No son los aficionados al género, porque ellos ya saben qué es lo que desean leer (o ver, o escuchar).

La definición la suelen pedir aquellos que no tiene contacto directo con ninguna vertiente fantástica, por desconocimiento o negación, o que, en su papel de educandos, necesitan los parámetros exactos o la fórmula que define al género (y si alguien la conoce, que la comparta) para facilitar su propio trabajo. También puede suceder, como ha ocurrido desde el alba de la civilización, que el hombre busca ponerle nombre a lo que no conoce para poder dejar de preocuparse por ello.

Pero ya que está el desafío lanzado, tratemos de encontrar una definición lo más amplia posible para el género fantástico, y desde allí nos lanzaremos a la incierta y temible aventura de establecer las distintas vertientes dentro de ella.

¿Qué es la ficción?

Por ficción entendemos todo relato inventado dentro de parámetros establecidos, reales o no, y puede ser de tenor histórico, policial, de guerra, del oeste, de hadas, de alienígenas… todos son ficción. Basta con que no haya ocurrido (fuera o no posible) para entrar en la categoría de ficción.

La fantasía, entonces, es una clase especial de ficción, y está contenida dentro de esta última. Lo que la distingue es que los eventos que narra no pueden suceder jamás en el mundo real, porque para ello sería necesaria una suspensión temporal de las leyes de la física.

¿Fantasía o Fantasy?

Es lo mismo. Son dos palabras pertenecientes a distintos idiomas, pero expresan exactamente lo mismo. Últimamente se escucha con más frecuencia el término fantasy, es cierto, pero se trata de una elección arbitraria. En el fondo, es tan válido decirle fantasy a la fantasía como llamar manga a lo que todos conocemos como historieta.

En Japón a la historieta la llaman manga, y nosotros utilizamos esa palabra para referirnos a las historietas que nos llegan desde ese país. Bueno, aplicando ese criterio, podríamos, si quieren, llamar fantasy a las obras anglosajonas, y fantasía a las vernáculas. De otro modo, sería como afirmar que nuestros dibujantes de historieta son artistas locales de manga (y ya puedo verlos persiguiéndonos con antorchas como aldeanos enfurecidos).

En el fondo, el nombre no hace al contenido. Hagamos lo que hagamos, fantasy o fantasía, debemos intentar hacerlo lo mejor posible.

¿Fantasía y Ciencia Ficción son lo mismo?

Esta respuesta es fácil. No, para nada.

Si la historia que estamos contando posee elementos increíbles pero posibles, probables o plausibles en algún futuro por más remoto que fuere (ingeniería genética, viajes espaciales, paradojas temporales, alienígenas, robots o conseguir todos los números de la revista Weird Tales, por ejemplo) es ciencia ficción. O según otra definición un poco más técnica, si el evento extraordinario está basado en una ciencia actual o en sus posibles avances, entonces es ciencia ficción.

Por el contrario, si el evento extraordinario no tiene una base científica estricta (elfos, gnomos, hombres lobos, vampiros, dioses, magos, espíritus, telepatía, precognición) entonces entra dentro de la fantasía pura y dura. Ni más ni menos.

¿Existen distintas vertientes dentro de la fantasía?

¡Ay, que me da algo! Sí, por supuesto, muchas, quizás tantas como autores consagrados.

Lo difícil es establecer un límite preciso entre estas vertientes; imagínense que van al delta del Paraná y que tratan de memorizar el nombre de cada brazo particular del río, incluso a los que separan las más pequeñas de las islas. ¿Es posible? Sí, claro. ¿Es necesario? Y, la verdad que no. Mejor es disfrutar del paisaje.

Sin embargo, ayuda mucho a los lectores saber de antemano qué clase de fantasía van a encontrar dentro de un libro. De ese modo sabrán si coincide con lo que están buscando leer, o no. Por ello, y nada más que por ello, intentaremos establecer los tipos de fantasía más representativos… en la segunda parte de esta nota. ¡Gracias por leer!