Lección 20 – Primeros pasos en las historietas bélicas – Dibujando una historieta bélica
por: Mario Dvorkin
Las películas e historietas bélicas pueden orientarse según diferentes objetivos: Las que apelan al juego donde se destaca la acción descabellada, por ejemplo los chicos jugando a la guerra o un videojuego tipo “Fortnite”; el implacable e infalible combate de los héroes; la munición interminable y los enemigos volando en todas direcciones, como las películas de Schwarzenegger, Stallone, Chuck Norris o la saga de “Rápido y furioso”. En este tipo de narraciones se juega con la complicidad del espectador o lector que todo lo que esta viendo es irreal e ilusorio y, por lo tanto, libre de angustia y horror. Es simplemente un juego donde después todos se vuelven a su casa o se van a comer pizza y narrar los hechos heroicos.
La segunda forma es la épica. Aquí se narran los hechos en general históricos o pseudohistóricos como la guerra de Troya para fines didácticos o propagandísticos. Nosotros podemos escribir un guión sobre el combate de San Lorenzo o la batalla en la Pradera del Ganso basándonos en los archivos históricos con fines de recrear dichas batallas.
La tercera forma es la más difícil y ahí se ven los verdaderos artistas. Christopher Nolan recrea en forma casi documental la batalla de Dunkerque haciendo un collage de retratos de personajes desde el agua, la tierra y el aire que le da la dimensión humana al conflicto. Porque de eso se trata las buenas historias, de lo que le pasa a la gente. En ese sentido las películas de Spielberg son magistrales, porque tanto en “Caballo de Guerra” como en “Rescatando al Soldado Ryan“, nos sumerge en la historia de los personajes y las tribulaciones por las que pasan en este escenario enajenante y enloquecedor que es la guerra.
Porque la realidad es que ningún héroe vuelve de la guerra intacto. Ningún espíritu sin deformación previa es capaz de resistir el frenesí de la destrucción y la muerte y volver cuerdo. Y lo peor es que al regreso esas almas mutiladas no encuentran lugar en la sociedad “normal” y corriente. El aspecto negativo de la guerra en este tipo de relato queda marcado en nuestros protagonistas y en sus dudas, miedos, actos racionales e irracionales se nos plantean los mismos conflictos y temores. Esto ya dejó de ser un juego.
En films como “Apocalipsis ahora“, “Un puente demasiado lejos“, “Los cuatro jinetes del Apocalipsis“, “La patrulla infernal“, “La cruz de hierro“, “Stalingrad“, “Cartas desde Iwo Jima” y “La delgada línea Roja” nos sumergimos en el infierno junto a nuestros protagonistas y a través de ellos salimos transformados. Estas son las historietas que destacan, como “Ernie Pike” de Héctor Germán Oesterheld y Hugo Pratt o “Sgt Rock” de Joe Kubert.
Tipos de escenas
Hay tres escenas básicas que debemos aprender a manejar:
1) Escenas de marcha. Las vamos a utilizar para dos objetivos: Demostrar nuestra destreza en escenarios y armas para mostrar el contexto y aprovechar para insertar diálogos que nos permitan conocer a los protagonistas, sus características psicológicas (el cobarde, el loco, el razonable, el bueno, el profesional, el cínico) mientras se desplazan al lugar de la acción. Tenemos por ejemplo en la película “300” la marcha hacia Termópilas, en “Dunkerque” el cruce del canal y en “Apocalipsis ahora” el trayecto por el rio.
2) Escenas de preparación previa y de combate. Estas las usamos para crear tensión para luego una resolución trágica. No tienen casi diálogo pero sí mucha carga audiovisual. Este es el mayor desafío artístico con el que nos vamos a enfrentar. Los mejores narradores logran efectos importantes sin recurrir a golpes bajos y escenas terribles.
3) Escenas alejadas del combate. El descanso previo o post combate. Aquí nuestros personajes dejan de ser soldados y se convierten en seres humanos por un rato, los diálogos vuelven al hogar y los recuerdos y la humanidad es recreada. Spielberg es un gran maestro en esto.
No hay que olvidar que la línea argumental debe tener sustento. La historia de “Rescatando al Soldado Ryan” dentro de una acción histórica como el desembarco de Normandía es una genialidad porque toma la historia ancestral del Quest o de la búsqueda como en el señor de los anillos. Los diálogos deben sostener esta idea y, como en todas estas historias, el final nunca es completamente feliz porque en el fondo es la humanidad la que se mutila a sí misma en el altar del cruel Marte, pero nos deja una moraleja o premisa que nos alerta sobre estos males.
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