Estructura básica de una historia
por: Claudio Díaz
Como algunos saben, tuve la suerte de trabajar contratado para varias editoriales durante muchos años, y eso me ha ayudado muchísimo a desarrollar el oficio. Mi intención es transmitirles todo lo que pueda de mi experiencia y ayudarles a volcar al papel sus ideas.
Estructura de la Obra
Si bien es cierto que hay un gran placer en escribir sin tener una meta clara, por el sólo hecho de pasarla bien y dar rienda suelta a la imaginación (algunos genios literarios escribieron sus obras de esa manera), ayuda mucho tener una estructura y más o menos definidos los elementos que formarán parte del relato antes de comenzar. En principio, todo depende de la longitud de nuestra obra.
Caso 1 – Relato Corto
Supongamos por un momento que el espacio que nos brindan en una antología es de 10 páginas y queremos escribir un relato que encaje en ese lugar. En este caso nuestra historia debería ser lineal, directa, sin vueltas para no excedernos.
La estructura que se suele utilizar es la siguiente (algunos talleres proponen otra, pero esta me resulta más completa):
1 – Inicio
2 – Desarrollo
3 – Clímax
4 – Despedida (esta es opcional)
1 – Inicio
En un relato corto el inicio no debería durar más de una página. Esto quiere decir que el lector debe recibir en esta carilla todos los datos importantes (o los más importantes) sobre la historia: género, estilo, lenguaje, personaje/s principal/es, época, y lo que es más importante, un “evento desencadenante”. ¿Qué es eso? Es un evento impactante, atractivo, increíble, original, que va a desencadenar la historia a narrar. Muere alguien, nace un villano, estalla una guerra, se recibe una noticia, lo que corresponda.
2 – Desarrollo
El título mismo lo explica. Aquí vamos a narrar la historia paso a paso. Se cruzan los personajes, se desafían, luchan, se persiguen, se enamoran, lo que tengamos en la mente. Lo normar sería que estos eventos ocupen las páginas 2 a 9 del relato.
3 – Clímax
Sí, ya sé lo que están pensando, no sólo en los relatos eróticos encontramos un clímax. ¿De qué se trata, entonces? Del momento cúlmine en una narración, el instante en el que descubrimos quién fue el asesino, quién es el enemigo oculto, cómo muere el villano indestructible o cuál es el verdadero amor del héroe (-¡Luke, yo soy tu padre! -¡Nooooooo!).
Este momento, para que tenga gran efecto, no debe medir más que un párrafo; de ser posible, lo ideal es que ocupe apenas una oración.
4 – Despedida
Esta etapa, en el caso de relatos cortos, no siempre es necesaria, ya que se acostumbra sorprender al lector con un clímax poderoso que lo deje pensando. Pero en otras ocasiones necesitamos cerrar otros cabos sueltos menores. Ejemplos:
A – Purgó su condena, tras lo cual se reencontró con su familia y vivió en paz.
B – Se despidieron con un beso y un abrazo, sabiendo que jamás se volverían a encontrar.
C – Le pidió disculpas por haber dudado de su palabra, para recibir el desprecio del otro.
D – Partió en su caballo con rumbo desconocido.
Lo ideal es que estos cierres no ocupen más allá de la última página, para no quitarle importancia al clímax.
Caso 2 – Novela/Saga
¿Qué pasa si tengo al suerte de que me pidan una novela de trescientas páginas? La estructura es la misma; lo que varía es la duración (y en algunos casos el orden) de las etapas:
1 – Inicio
2 – Desarrollo
3 – Clímax
4 – Despedida (no es opcional)
1 – Inicio
En una novela, el inicio puede ocupar todo un capítulo. También es posible llamarlo prólogo. Es casi seguro que el espacio no alcanzará para presentar a todos los personajes, naciones o conflictos, pero sí deben estar presentes lo más importantes. ¿Por qué? Porque el lector debe poder saber de qué va la obra lo antes posible, de ese modo no tendrá dudas y se decidirá a comprarla. Obviamente, el “evento desencadenante” tiene que estar presente.
2 – Desarrollo
Vale lo mismo que para un relato corto, con la diferencia de que en una novela podemos avanzar o retroceder en el tiempo a voluntad, contando eventos en forma paralela o incluso aleatoria, si ello sirve para mantener el suspenso y potenciar los enigmas. Incluso se desaconseja ser lineal, pues resultaría aburrido contar todo desde una misma óptica.
3 – Clímax
En este caso el clímax puede durar uno o más capítulos, ya que no necesitamos resumir el nudo de la historia en una frase “concluyente”. Pero si tenemos la oportunidad de colocar una frase así, que cierre todo sorprendiendo al lector, pues aprovechémoslo.
El lugar del clímax puede variar, aunque lo ideal es que esté ubicado en el último tercio de la narración, lo más cerca del final que sea posible.
4 – Despedida
Esta etapa sí es necesaria en los relatos largos. Los ejemplos del caso anterior siguen siendo válidos, cuando la historia termina debemos ponerle un punto final a todas las historias paralelas y contar qué fue lo que pasó luego con los personajes secundarios.
¿Y si se trata del primer tomo de una saga? Bueno, en este caso tenemos dos opciones:
Podemos terminar la historia con el/los personaje/s en peligro de muerte (lo cual no es aconsejable a menos que ya esté terminada la continuación).
O podemos darles un respiro en la aventura, un momento de relax para reponer fuerzas, lamerse las heridas y evaluar las alternativas futuras, adelantándole al lector en las últimas páginas la amenaza que se cierne sobre ellos.
Espero que este post les haya sido útil. si es así me sentiré muy contento. SI tienen alguna duda pueden escribir y consultar a nuestro correo o Facebook. ¡Gracias por leer!
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