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113 – Las Clases de Alberto Breccia

por: Gonzalo García & Catalina García

Alberto Breccia daba clases en su casa, en Haedo, en el primer piso donde tenía su estudio. Cuando tenía 15 años, Gonzalo participó de los cursos del maestro Breccia. Entre sus compañeros estaban Eduardo Molina, Cristian Montenegro, Sandra Lavandeira, Mariano Grynberg, Daniela Kantor, Alfredo Plot, Gabriela Forcadell, Lautaro Fiszman, entre otros grandes dibujantes de la actualidad. El grupo por momentos fue numeroso, contando más de 20 alumnos por clase.

Las clases de Alberto Breccia eran básicamente unas charlas donde hablaba sobre anécdotas y dibujos, entre mate y mate. En un momento de la charla, Alberto los detenía y comenzaba la clase. Había que mostrar el trabajo que hicieron en la semana, por lo que cada alumno pasaba al frente donde en un caballete colgabas sus dibujos. Luego, los alumnos restantes comenzaban a opinar sobre el trabajo, que les gustaba y que no, cuestiones técnicas y de narrativa. Y al final, Alberto daba un comentario, un consejo y pasaba el siguiente alumno.

Un detalle importante es que en sus clases no se dibujaba. Alberto no enseñaba dibujo, si no la técnica de la historieta, es decir, la narrativa gráfica.

A veces, las conversaciones derivaban en temas filosóficos, históricos con algún que otro comentario político. Un día nos sorprendió a todos los alumnos compartiendo todos los originales de Mort Cinder para que los veamos. Sorprendía especialmente el capítulo “La Batalla de las Termópilas” por los trazos vigorosos y cortes a tinta hechos con una gillette. Alberto Breccia usaba este elemento cortante como si fuera una espátula y los deslizaba sobre el papel satinado para hacer un extraño efecto que no llegaba a ser ni de pincel ni de pluma. Algunos planos generales de figuras diminutas estaban realizados completamente a pincel. Este capítulo en especial, y el de la penitenciaría, son sin duda dos obras maestras de la historieta.